A los monumentos, personajes e historia de nuestra ciudad, hay que sumar marcas comerciales que promocionan los gremios y la calidad de los establecimientos de la ciudad. Uno de ellos es Pedro González, que cumple 125 años en este 2025 y que en el próximo día de Santa Eufemia, el 16 de Septiembre, el Ayuntamiento le concederá esta distinción.
En casa de los abuelos, hay una reliquia en los trabajos artesanales que Pedro González labró y que tal fue su importancia que sus herederos decidieron inmortalizar su nombre para la eternidad, como han respetado la tercera y cuarta generación de este negocio que comenzara en 1900.
La Medalla de la Jarra de Azucenas de Plata de Antequera del año 2025 será para Pedro González e Hijos, joyería y platería que cumple 125 años al servicio de la ciudad y su comarca. Son cuatro generaciones las que mantienen este referente del comercio local.
Esta semana quedamos con ellos en su establecimiento de calle Lucena para entrevistarles antes del Día de Santa Eufemia. Así, las hermanas Francisca y María del Carmen González Arjona (María Dolores no pudo estar), además de José María Alarcón Sánchez, representan a la tercera generación, junto de los también hermanos, Blanca y José Pedro Alarcón González, que son la cuarta.
“Empezó mi abuelo, luego siguió mi padre, mi tío José María, y con los empleados que hemos tenido, junto a mis primos”. Vamos por partes. La primera generación la forma: “Salvador González García, que era mi abuelo, era nieto del padre de la Madre Carmen. Empezó en calle Lucena 71, en esta misma acera, pero en la parte de arriba cerca de la Cruz Blanca”, nos dice Francisca, Paquita.
Después de él, ¿quiénes siguieron? “Mi padre, Pedro González Bermúdez, y luego nosotras, las tres hermanas: María Dolores, Francisca y María del Carmen González Arjona. Somos la tercera generación y ahora está la cuarta generación que son mis hijos José Pedro y Blanca”.
¿Qué supone para ustedes, para vuestras familias, que os den este reconocimiento? “Lo primero es darle las gracias al Ayuntamiento y a toda la Corporación Municipal, con Manolo, nuestro alcalde al frente, al que queremos muchísimo. Es un orgullo muy grande y mirando para el cielo donde mi padre, a lo mejor nos está viendo”. A lo mejor, no; os está viendo seguro.
Todo comenzó en calle Lucena “donde hoy hay un establecimiento de tatuajes, en frente del taekwondo. Ahí empezó el taller con mi bisabuelo, y luego con su hijo Pedro, con mi tío José María González, con mi tío Salvador, que era padre de José Agustín, que en paz descanse”, nos comparte José Pedro.
En 1969 se trasladaron al actual establecimiento “ya con la segunda y tercera generación”. Fue Pedro González Bermúdez quien afianzó y dio fama a la firma. Entrevistarles es sentirse como en casa. Y le preguntamos que nos detallen cada generación. “Salvador González fue el primero. Fue el único platero de esa generación. Cuando mis padres vinieron de la Guerra, empezaron a hacer los varales del palio de la Virgen del Socorro. Mi padre estaba trabajando en la Azucarera y entonces mi abuelo necesitaba a sus hijos y empezaron en el negocio”.
De la segunda generación fueron plateros Salvador González Bermúdez, “que es el padre de José Agustín González Arjona, el que tenía la tienda en calle Duranes, mi padre Pedro y luego entró mi tío José María. La segunda generación eran tres plateros, lo que pasa es que mi tío Salvador murió muy joven, con 33 años”, sigue Francisca recordando.
¿Qué consejo le dan las hermanas González-Arjona a la cuarta generación? “Que sigan, que esto es un negocio de cara al público, precioso y además, para nosotras es un orgullo que sigan porque es una cosa de antes y queremos que siga hacia adelante”.
Ahora es Blanca la que nos comparte: “Mi hermano y yo hemos nacido aquí y, entonces, como el otro que dice, los dientes los hemos echado detrás del mostrador. Hemos visto, hemos crecido viendo al público cómo trabajaban ellos, a los abuelos y nos han transmitido el gusto y el querer por seguir con la tradición”.
José Pedro insiste en haber vivido “la evolución que ha tenido el negocio desde que se empezó con un taller de orfebrería pequeño hasta llegar a lo que es hoy día la joyería de Pedro González. Pasa el tiempo y la joyería se tiene que ir adaptando a los nuevos tiempos. Y más ahora con tanta competencia como hay, porque antiguamente no había internet, no había redes sociales…”.
Una cuarta generación con padres que le han aportado por ambos lados, no hay que olvidar a José María Alarcón Sánchez. “Mi padre, José María, ha sido director de este establecimiento durante muchísimos años desde que se casó con mi madre. Porque en un principio, no iba a trabajar aquí en la tienda, iba a trabajar en el Banco de España donde su padre, como todo el mundo sabe, pues y él iba a seguir los pasos de su padre. Pero al final, como hacía falta que una persona que también supiera contabilidad, por eso mi padre trabajó aquí”.
Qué casualidad que sea de plata, una distinción para unos plateros. “El grupo de Pedro González no sería nada sin la gente, sin el pueblo de Antequera, sin la comarca, sin tantísimo público que a través de los años pues ha venido aquí a la joyería, pues sin ese público no hubiéramos podido seguir adelante”.
¿Qué supone esta distinción que es la que más comentarios y me gusta ha tenido de todas las de este año? “Pues un agradecimiento a ese público, un orgullo y una alegría porque sin ellos no estaríamos aquí. La confianza que ellos han depositado en nosotros nos hace un orgullo tremendo y gracias a ellos pues nos esforzamos cada día por mejorar e intentar darle solución en ayudarles en lo que necesitan”, destaca Blanca.
Si Pedro González estuviera aquí, ¿qué les diría? “Estaría orgulloso, por supuestísimo. Pero él era una persona que no le ha gustado ponerse moños, muy discreta, sencilla, a todo el mundo agradando, todo el mundo lo quería”.
Terminamos. ¿Qué le dicen a Antequera? “Gracias a todo el mundo y a todos los clientes de Antequera y su comarca, incluso de fuera también nos piden muchas cositas de las que ponemos en Facebook. También le damos las gracias a la comisión de honores que ha tenido a bien entregar este premio, a todos desde el primero hasta el último. Sin Antequera, sin su gente, sin nuestra clientela, que siempre ha venido confiado en nosotros, pues Pedro González no habría llegado donde estamos”.
Fusión entre la tercera y cuarta generación que recogerá esta distinción por 125 años de trabajo y de vender a Antequera fuera de nuestras fronteras, como hace el buen comercio.