Lleva nueve años destinado en Antequera y ha cumplido 25 años como sacerdote. Natural de Cártama, Francisco de Paula Baquero lo celebró este viernes 30 de junio en San Pedro aunque “los cumplí en marzo, pero como fue Cuaresma, decidí aplazarlo a junio”.
Una persona muy mística, quien prefiere los momentos de oración en el interior de un templo a los bullicios de la religiosidad popular. Cada 22 de marzo, en su aniversario sacerdotal “pido por las vocaciones, no por mí”.
Hoy en día, cumplir 25 años es algo inusual en cualquier parcela de la vida. La clave: “la perseverancia es lo que hay que destacar”. como hijo sacerdote, “lo más bonito que se puede celebrar son las bodas de plata y de oro de unos padres. Es ver que siempre se han querido durante toda la vida. Es el mayor regalo que puede tener un hijo”.
Todo empezó “desde niño, lo tenía muy claro. Siempre pensé ser párroco, nunca he aspirado a otra cosa. La labor en la parroquia ha sido mi mayor motivación y ejemplo para ser cura”.
Para llegar a los 25 años se ha basado en “la oración y la actividad pastoral de la parroquia”. Una profesión que debe tener vocación. “Más que llevar a cabo un trabajo, donde la gente te feliciten por un mérito, en esta vocación, el mérito se lo lleva Dios”.
Ser cura es una de las profesiones más complejas. “La perseverancia no te da días de gloria siempre, hay muchos problemas y te quedas desalentado por no salirte las cosas como esperas”.
En septiembre cumplirá nueve años destinado en Antequera. Una ciudad “muy especial porque he tenido que tratar con la vida religiosa, sacerdotal y la de los laicos”.
En ellos, siempre busca rezar en la iglesia. “Un templo abierto todos los días es fundamental. Es donde empieza la pastoral. No somos un médico que cura el cuerpo, sino el alma. Somos la mediación, Dios lo hace. Él está en todas partes, pero una iglesia es el sitio para encontrarse con Dios”.
En esos momentos a solas con Dios “se persona mucha gente por tristeza, debilidad, petición de un futuro incierto”. Y él busca “que el alma se encuentre con Dios”.
Una vida de fe en crisis, como la sociedad. A pesar de ello, expone: “La institución que más juventud mueve es la Iglesia. Estamos en crisis por la poca gente que viene a misa. Habría que analizar la crisis repartida en la sociedad y preocuparse en ella en todos los ámbitos”.
Además de párroco, es el coordinador arciprestal de las Primeras Comuniones. “Queremos organizar entre los colegios y las parroquias, una convivencia entre todos los niños que se preparan”.
Todo en su día a día entre Santiago y San Pedro. “El consejo parroquial se reúne al menos tres veces al año. Su acción es la de Cáritas, los niños de Primera Comunión…”. En Santiago, con la cofradía de la Salud “se intenta llegar al pueblo”. Destaca la experiencia de recuperar su procesión “rezando el Rosario, sin banda, de forma espontánea”.
Le preguntamos cómo lleva su relación con las cofradías. “Hay que reunirse con ellas y programar su cultos y cabildos, acompañándoles en lo que puedas. El reto de las cofradías es importante, que es integrase con la parroquia. Algo que es difícil porque cada una quiere tener su independencia y día de gloria”.
Terminamos preguntándole cómo ve hoy a sus parroquias. “Santiago se está despertando, buscando integrarse con los vecinos del barrio”. Al igual que San Pedro.
Y como resumen a sus 25 años: “La vocación de todo cristiano es la santidad y tenemos que buscarla. Si hay algo especial de nuestra vocación, es que los jóvenes se planteen ver esa entrega hacia Dios y los demás, que es comunicar Dios a la gente”.