viernes 26 abril 2024
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Margarita Sánchez: Los Dólmenes tienen que ser un referente mundial de congresos de la Prehistoria

Una ciudad se hace más grande aún por su gente, siendo una síntesis perfecta de lo que debe buscarse en el conjunto dolménico: monumentos, visitas y labor científica. Una de las personas que trabajaron para conseguir el sueño de la declaración de la UNESCO es Margarita Sánchez Romero, quien se acaba de convertir en la primera mujer catedrática de Prehistoria por la Universidad de Granada, donde a sus 49 años es una de las mujeres investigadoras más destacadas en su campo en nuestro país.

 

Nos lo adelantaron Dodes y Dimas, los catedráticos de la Cueva del Toro, ya que precisamente María Dolores Camalich ha sido una de las personas que han dirigido su formación para lograr la cátedra. Nos ponemos en contacto con ella, muy conocida en la ciudad por la familia Sánchez-Romero, recordando sus años en el Colegio María Inmaculada. Una mujer que lucha además por la igualdad. Empezamos preguntándole cómo se accede a ser catedrática: “Ahora mismo el sistema para acceder a cátedra, al igual que acceder a títulos de universidad, se gestiona sobre todo en Madrid; tú mandas tu currículum, que tiene que tener una fuerte composición en docencia, investigación y gestión. Y lo mandas a evaluar a la ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación), adscrito al Ministerio de Universidades. Ahí te evalúan si se está capacitado y si cumple los requisitos para ser catedrática. Y una vez que está hecho eso, las universidades lo que hacen es que convocan tu plaza. Una oposición libre que podrían presentarse todas las personas que tengan ese mérito acreditado. No solo de la Universidad de Granada si no de cualquier punto de España. Y la Universidad de Granada, en mi caso, abre esa convocatoria, forma un tribunal y ahí te tienes que presentar tanto tu trayectoria científica como un proyecto docente de una asignatura, como un proyecto de investigación. Y digamos que es un paso importante porque cuenta que llevo 25 años trabajando en Prehistoria; y es el momento en el que explicas por qué tienes esos méritos, cómo has construido tu carrera. Yo creo que ahí depende mucho la coherencia, como entendemos la disciplina. Y el tribunal te juzga y te dice que acreditará, te ofertará y te pone en un baremo y te dan la cátedra. Y en ese sentido yo lo tuve el 12 de julio, y estoy muy contenta evidentemente”.

 

 

 

 

Catedrática oficialmente desde el lunes 26 de julio y recuerdos de sus años en la Inmaculada

¿Desde qué día es oficialmente para incorporarlo a nuestras efemérides?: “Justo desde el lunes 26 de julio; porque puedes hacer la oposición, pero hasta que no se publique en el BOE no es oficial”. Todo empezó al terminar sus estudios en Antequera y trasladarse a Granada. “Quería hacer Historia del Arte. Estudié en la Inmaculada, tuve buenas profesoras; como María José y María Gloria en Historia del Arte y quería hacer su asignatura. En ese momento, acuérdate, yo me fui a estudiar en el año 1989, en ese momento daba igual que fuera a Granada o que fuera a Málaga porque tenías que irte a vivir ahí. Ahora mismo se puede estudiar en Málaga e ir y venir sin ningún problema con los autobuses. Hice historia en Granada, me pareció que debería de intentarlo ahí, por la trayectoria científica de la Universidad de Granada”.

Nos ha recordado lo que representaron las religiosas María José y María Gloria para las Letras y el Arte. ¿Fueron las que le despertaron su pasión por la historia? “Yo tengo un recuerdo maravilloso con las dos. Disfruté las asignaturas que di con ellas. Tú sabes que muchas veces las Humanidades no son carreras de futuro y teóricamente yo hice una carrera que no tenía salida y aquí estoy. Que no está mal hacer lo que una quiere cuando se pone a estudiar una carrera. Que es muy duro, muy difícil, y es muy importante hacer lo que se debe hacer”.

¿Cuando empezaba, qué pensaba de su futuro? “Yo pensé en seguir la trayectoria que llevaba en la Inmaculada: estudiar mucho, sacar buenas notas y ya veríamos. Y fue precisamente al final de la carrera, cuando decidí qué especialidad hacer. Pensé que no iba a hacer Historia del Arte, sino Historia de la Antigüedad. Cogí el sobre de Antigüedad porque sobre todo las asignaturas que a mí me gustaban eran la Prehistoria, porque me encanta esa idea de conocer las sociedades del pasado solamente con los objetos, no tenemos ningún texto. Todo es cultura material, todos son objetos, todos son cuerpos, todos son lugares. A mí eso me fascina, y decidí escoger la especialidad. Cuando ya terminé es verdad que en ese ámbito te dicen: tienes nota para una beca pre-doctoral. Me animé, la pedí, y luego ya hice el curso de esto. Ir fuera del país, para seguir formándome como doctora, reincorporarme con algún contrato de investigación, hacer currículum, sacar la titularidad, y terminar la carrera”.

En investigación no ha parado, todo formándose para seguir con la carrera. “Porque es fundamental para nuestro trabajo. He estado en Noruega, Finlandia, México, Chile, Argentina, Cuba, Inglaterra… Salir de tu pequeño mundo y enfrentarte a problemas distintos, que piensa otra gente y contrastar información. Yo sobre todo he ido a clases ahí, y a ver cómo funcionaban los sistemas de investigación. Aunque vayas a dar clases, vuelves aprendiendo”. Eso es lo complicado de Antequera, que nos creemos muchas veces el ombligo del mundo y cuando vas fuera descubres que hay cosas distintas. “A veces un poco sí; pero no pasa nada, somos así”.

Recordemos de qué trataba su tesis: “Hice una cosa en la que no he vuelto a trabajar nunca más; porque yo hice una tesis sobre los útiles de piedra, en el Neolítico y en la Edad del Cobre. Hice un trabajo sobre esos instrumentos de piedra. Y precisamente haciendo la tesis estaba viendo muchas piedras y estaba viendo poca gente. Y a mí lo que me interesa de la Prehistoria son las gentes. Dentro de ese tipo de personas, había un par de grupos sobre todo mujeres y criaturas que no aparecían por ningún lado. Vi un campo de trabajo. De hecho cuando terminé la tesis y pedí esa beca para irme al Reino Unido me fui a una universidad que tuviese relación con estos temas: de mujeres, géneros e infancia. Porque me parecía que era una línea de investigación que aparte de ser muy interesante era muy justa. Porque es verdad que los discursos históricos tienen pocas mujeres. Me parecía que podía contribuir de esa manera a hacer discursos históricos más justos y más reales a la realidad. Así que cambié radicalmente el tema, fui a formarme en una cosa nueva, estuve dos años allí, y a la vuelta traje un bagaje y unas formas que yo creo que constituyen buena parte del germen que me ha permitido hacer determinadas investigaciones y mirar a la arqueología como un instrumento de transformación social”.

Habría que volver, por tanto, a los inicios, a la fuentes, ya que la mayoría de la Historia está escrita en su mayoría hombres. “La Historia la han escrito normalmente hombres que se ha interesado por las cosas que le han interesado a los hombres. Han construido un conocimiento histórico interesante, pero no completo. No significa que lo que se haya hecho hasta ahora no esté bien, pero es que está incompleto porque nos hemos dejado más de la mitad de la población sin contar. Y en historia tenemos que contad con todo el mundo y más cercano con las realidades de aquellas poblaciones. Las mujeres no queremos que nos digan que hay sitios en los que no debemos estar, queremos que se cuente con nosotras”.

Hablando de la Prehistoria y aprovechando la reciente entrevista con Dodes y Dimas sobre la Cueva del Toro. Hablamos de un nombre romántico antequerano que es el de la Venus del Torcal, algo que destaca la importancia de la mujer. “Es verdad que hay cierto romanticismo en denominar cualquier figura femenina que aparece en la Prehistoria como venus. A mí no me gusta usar excesivamente ese término, no por nada, porque es verdad que la tradición es esa. La venus, se llaman así, porque cuando salió la primera que es una venus francesa con un cuerpo adolescente. Y alguien dijo: ¿cómo llamamos esto? Porque era la primera representación humana que aparecía y era 1864. Precisamente porque es una figura femenina que está desvestida se la llama venus, pero eso nos hace perder la cantidad de información que nos dan los cuerpos de las mujeres que son muy distintos porque la venus de Willendorf que conocemos no tiene nada que ver con esa representación del Torcal que es absolutamente maravillosa. No puede haber una figura que atraiga más que del concepto femenino que la figura del Torcal. Entonces cuando hablamos de venus como que simplificamos el significado. Hay muchas representaciones femeninas, algunas son adolescentes, otras son embarazadas, otra tiene los rasgos sexuales muy marcados, otras son ancianas. Si denominamos todas venus estamos simplificando el valor y el sentido de esa figurilla”.

 

 

La sociedad del Neolítico de la Cueva del Toro

¿Cómo eran esas sociedades de la Cueva del Toro? “Ten en cuenta que son sociedades muy comunitarias en que uno depende de los otros. Nosotros tenemos un sentido de la individualidad, y de ser capaces de nosotros mismos y de fraguar nuestro futuro que eso no existe en la Prehistoria. Son sociedades que el sentido de comunidad son muy importante. Y cada miembro de esa comunidad hace unas tareas que son importantes. El problema cuando miramos esas sociedades desde el presente es que trasladamos nuestras ideas al pasado. Fíjate este año nos ha demostrado la importancia del cuidado. Porque la pandemia nos ha encerrado en casa y todo lo que hemos hecho ha tenido que ver con el ámbito doméstico. Con confinar, con nutrir, con enseñar a nuestros niños con lo verdaderamente se estructuran de las sociedades. Sin embargo todas esas actividades si nos la planteamos un poquito desde fuera parece que tienen unas cualidades muy peyorativas o no tiene tanta prestancia como otras actividades”.

Antes se dependían más de los grupos. “Porque son sociedades en las que la interdependencia es mucho mayor, que cada miembro sepa sacar el trabajo que tiene delante ya sea cocinar, recolectar, cazar. Y cuando hablamos de caza no solo hablamos de la caza mayor, también hablamos del trampeo, tenemos la honda, tenemos todo eso que nos podemos hacer lectura como muy simplista del pasado. Y precisamente nosotras miramos a esas sociedades de la Prehistoria para hacer entender que si ha habido algo que han hecho los seres humanos ha sido cuidarnos. Porque hay sociedades en la actualidad que viven sin agricultura, y que viven sin metalurgia, y que viven sin internet”.

Hablamos de los dólmenes como importantes porque ahí va un poco lo de los hombres y las mujeres, con todo el respeto hacia Michael Hoskin y el valor universal que supuso. Pero hay mujeres que pasan desapercibidas de la importancia de la UNESCO. Una es Dodes, la importancia que tuvo en la investigación de la Cueva del Toro. Otra es la mexicana Nuria Sanz de la UNESCO y Margarita Sánchez, que fue directora general de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía. “Pues yo voy a añadir una más: Louisa Tenison, esa viajera inglesa que fue la primera en darse cuenta que Menga miraba la Peña. Luego Michael Hoskin ha sido maravilloso porque ha argumentado el peso patrimonial que vio cómo Menga miraba a la Peña, Viera miraba hacia la salida del sol, el Romeral miraba al Torcal. Esa construcción es lo que se ha basado el expediente y luego toda la investigación de Dodes, maravillosa. Y Nuria es importante porque es prehistoriadora y ella tenía mucho empeño de que fuera Patrimonio Mundial de Prehistoria porque hay más de otros momentos históricos, y de Prehistoria hay un poquito menos. Y sabía del potencial de los dólmenes y fue ella la que se acercó a la dirección general a decirle que es muy importante y que lo podrían sacar. Yo participé en la medida de mis posibilidades porque cuando estaba en ese momento en una cosa que sí me importaba mucho; había que situar a los dólmenes tanto en la esfera de lo científico como de lo político. En la esfera de lo político lo hicimos en un gran congreso internacional que hicimos con UNESCO y ahí discutimos el expediente que se estaba preparando. Y yo quería que la comunidad científica comprendiera la importancia de Menga. Por tanto, había que trabajar en lo científico, pero también en lo político, y por eso trajimos el Consejo de Patrimonio Español a Antequera. Quería que el resto de comunidades autónomas conocieran la importancia de los dólmenes, entonces hay que trabajar en eso dos niveles. Yo lo que hice fue poner a los dólmenes en esas dos cuestiones”.

 

Antequera Margarita Sánchez2 06082021

 

El trabajo de Bartolomé Ruiz para conseguir desbloquear el conjunto dolménico

Fue poner de acuerdo a todas las comunidades autónomas y tal como están las cosas… “Cuando tienes calidad se puede conseguir todo y ahí el trabajo de Bartolomé Ruiz desde el 2004 en Antequera ha sido fundamental. Porque no solo vale con tener unos megalitos que sean espectaculares como son lo que nosotros tenemos, que son maravillosos. También la UNESCO piden a ciertos estados que tengan buena gestión, buena investigación, que tenga buena sensibilización. El trabajo que ha hecho Bartolomé Ruiz en Antequera, nos lo puso muy fácil porque había hecho un trabajo de documentación y de trabajo”. Bartolomé, aunque se quite méritos, si él no llega a estar…

Ya que llamamos a las cosas por su nombre. ¿Cómo llamamos a la Peña de los Enamorados y cómo evitamos eso del “indio”? “La Peña es un elemento referencial en el paisaje. Esa forma humana que es reconocible desde el principio, desde la Prehistoria, es un elemento fundamental. Lo que sí te digo es que soy antequerana, llevo tiempo en Antequera y lo del indio nunca lo he terminado de asimilar. Es decir, hay una leyenda que le da sentido, pero no tiene nada que ver con las indias de la India, ni con las indias de Colón. Tenemos una leyenda con la propia Peña de los Enamorados que está basado en la propias historia de Antequera, y yo creo que es adecuado. Además porque es el nombre que ha quedado en la literatura incluso en la literatura científica. Pero desde luego es un elemento referencial desde la Prehistoria. Esos grabados en la parte de la garganta son elementos que unen tres dólmenes. Esos elementos son esenciales para construir elementos del paisaje. Así que llamémosla la Peña de los Enamorados porque si vamos a elegir un nombre romántico que sea ese”.

Siempre que vienen políticos y autoridades de las administraciones apuntan la importancia de la investigación de la universidad en los Dólmenes. ¿Qué hay que hacer para que no solo se busque lo turístico? “Yo creo que el Museo de los Dólmenes, más allá que está bien el discurso museológico, se constriñen a lo que tiene que contar los dólmenes, pero más allá de eso, por la situación de Antequera debe convertirse en un elemento referencial para todo los elementos prehistóricos de Andalucía. Tiene unas instalaciones que va a ser inmejorables para hacer congresos, seminarios, investigaciones. De ir de Almería a Huelva nos cuesta mucho, pero Antequera está en el centro. Antequera debe de convertirse por el espíritu de investigación, debe de convertirse un referente de congreso de prehistoria no solo a nivel andaluz sino a nivel mundial. Eso es una labor de trabajo de contactar con las universidades; quiero organizar este congreso”.

¿Cómo lo conseguimos? ¿Qué hace falta para que esos investigadores queden en España? “Tenemos que darnos cuenta que Andalucía es tierra patrimonial, que aparte de sol y playa, la gente busca más una visita en la que se le cuentan cosas y para contar cosas hay que investigar. Porque digo que el patrimonio en cada lugar tiene algo que lo hace único. El patrimonio no compite entre sí porque lo que yo tengo en Antequera, tiene que hacer efecto llamada porque no hay patrimonio igual que el otro. Pero para saber que ese patrimonio no es igual uno que otro. La investigación es lo que ha llevado a dólmenes patrimonio de la actualidad. Por tanto hay que ser muy consciente que esa labor patrimonial, si no fuera porque hay gente investigando, no sería posible. Eso es lo fundamental lo que tenemos que darnos cuenta es que el conocimiento en todas las áreas, pero especialmente en la Humanidades genera riqueza, porque cuenta algo que no cuenta en ningún sitio del mundo. Lo que se cuenta en dólmenes solo se cuenta en dólmenes, y si quieres escucharlo tienes que ir a dólmenes”.

 

 

Hacia una sociedad en la que ojalá haya un pacto por la Educación

Tras escucharle la importancia de la investigación, ¿algún día llegaremos a una ley educativa igualitaria para que sean ustedes los que digan lo que haga falta en la Educación? “Tenemos que tener en cuenta que la educación forma ciudadanía. Y la ciudadanía es la que vota, la que cuenta, y la que hace los discursos. A mí me encantaría que hubiera un pacto de estado en Educación en la que todo el mundo se pondría de acuerdo. En cómo debemos de educar a niños y niñas. Y en qué elementos de competencia, nos dé conocimientos que está ahí, sobre todo son elementos de competencia de espíritu crítico. Cosas que son fundamentales. Hay cosas de la universidades que tengo olvidadas, pero da igual. A mí lo que me hace falta es herramientas. A mí me gustaría que todos los partidos políticos sacaran una ley que contentaran a todo el mundo. Eso es la política: ‘Yo mando ahora, pero entiendo que hay muchas sensibilidades y tengo que intentar llegar al consenso’”.

Cuando uno ve desde los dólmenes el solsticio y los equinoccios. Nos preguntamos, ¿seremos nosotros los prehistóricos del siglo XXI? “Hemos perdido el espíritu crítico y el espíritu de comunidad de que esto se construye con el trabajo de todos. En dólmenes funciona bien, no hubo partidos políticos. Cuando salió el expediente y Margaret Gowen hizo un análisis que lo clavó. Nosotros sabíamos dónde estaban los fallos. Cuando todos se pusieron de acuerdo para que los dólmenes fueran patrimonio de la humanidad, ahí nos demuestran que cuando quieren, pueden”.

¿Qué le recomienda a esas Margaritas Sánchez que hay en los colegios para que lleguemos a esa igualdad que se tengan todo por igual? “Yo les digo que perseveren, porque los caminos no son fáciles. Que hagan lo que crean que tienen que hacer. En un momento donde estos temas de la mujer y de la infancia, ahora están más entendidos, pero hace 20 años costaba más entenderlos. Que si creen que tienen un objetivo que luchen por ello. Y que el respeto es fundamental que todo el mundo tiene cosas que son buenas. Que no podemos determinar a chicos y chicas con determinadas carreras. Que cada cuál haga lo que tenga que hacer. Que trabajen mucho porque es fundamental”.

Margarita Sánchez (orgullosa hija de Margarita Romero Quintana y Miguel Sánchez García), la primera mujer catedrática de Prehistoria por la Universidad de Granada y una de las primeras de Antequera, repasa con su trabajo y experiencia el papel de la mujer, de la sociedad, desde la Prehistoria hasta nuestros días. Comparte vivencias del proceso de candidatura y elección del Sitio de los Dólmenes de Antequera como Patrimonio Mundial. Destaca el papel de Bartolomé Ruiz al frente del equipo que lo consiguió. Y nos quedamos con muchas reflexiones, entre ellas: “Las mujeres no queremos que nos digan que hay sitios en los que no debemos estar, queremos que se cuente con nosotras”.

 
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