Emotiva oración de Eugenia Acedo Tapia en el inicio de la festividad de la Virgen del Socorro en Antequera, celebrada entre las 12 de la noche del domingo 14 y las 20,30 horas del lunes 15 de agosto en la iglesia de Santa María de Jesús.
A las 24 horas del domingo 14, empezó a vivir Antequera la Festividad de una de las advocaciones marianas que más devoción arrastran, que más arraigo tienen en la Antequera cristiana: la Virgen del Socorro, la popular «Socorrilla», como empezaron a llamarla las bueenas gentes de su barrio y la llama hoy todo el mundo, titular de la Sacramental del Salvador y de la Pontificia, Real e Ilustre Archicofradía de la Santa Cruz en Jerusalem, Jesús Ayudado por el Cirineo y María Santísima del Socorro Coronada, primer advocación mariana que se venero en Antequera, cuando en 1410 el Copero de Juan II, donó una imagen procedente de los Países Bajos, hecha de pasta de cartón que se conserva en la iglesia del Carmen, precisamente con la advocación de Virgen del Socorro.
Su directiva, presidida por Antonio Cabello y con el padre José Luis Pastor, arcipreste, como director espiritual prepararon un programa que daba comienzo a esa hora del domingo con una oración que yase ha hecho tradicional y que estuvo a cargo de Maria Eugenia Acedo Tapia, directiva de la Cofradía, teniente de alcalde del Ayuntamiento, doctora en Historia e investigadora.
La suya fue una oración original: por un lado contó con el apoyo del Grupo de Canto Paz y Bien, integrado por jóvenes antequeranos, entre ellos Sor Teresa, de las Franciscanas de Madre Carmen, y Clara Luque, profesora y antigua componente de grupos musicales, cuyos cantos fue introduciendo en la oración como formando parte de la misma. Luego, la oración fue una especie de disección del ave maría, de la salve, cuyos versos fue engarzando en orden distinto al habitual, componiendo con esas piezas un todo espléndido, emotivo, lleno de fervor religioso y sin pretender ocultar lo que la Virgen del Socorro supone, desde siglos, para su familia y ahora para ella. En suma, una oraciñon antes que nada piadosa, pero luego bellísima, llena de sentimiento de fervor.
Terminada la plegaria, el templo –lleno a pesar de los espectáculo del día, con asistencia de los concejales María Dolores Gómez y Juan Moreno, y representaciones de hermandades– rompió en aplausos que Eugenia, guapísima, luciendo una antiquísima y bien colocada mantilla española, compartió con el grupo musical.
Tras ello, el padre José Luis Pastor, hizo una breve oración y unas palabras finales, que dieron paso a la entrega de recuerdos de la Cofradía, por el presidente Antonio Cabello y el doctor Daniel Herrera, a Eugenia y el resto de participantes, felicitados por todos los asistentes.