La Virgen del Rosario cerró las procesiones del histórico año del Sexto Centenario, en la que se presentó oficialmente la Banda de Cornetas y Tambores de «Los Amigos de la Música» de Antequera.
Tras el triduo del martes 5 al jueves 7 en la antigua Basílica, el domingo 10 de octubre era el último día de los cultos anuales. Misa a las 11 de la mañana y salida a las 12,15 del mediodía.
Valiente decisión de la hermandad, quien pese a tener previsiones de lluvia, decidió salir al cesar de llover a primera hora de la mañana y abrirse parcialmente el día en Antequera.
El cortejo procesional estaba abierto por la Banda de Cornetas y Tambores de la «Asociación de los Amigos de La Música» de Antequera, que se presentaba oficialmente. Le seguían uno de los antiguos faroles del Rosario, portado por seis jóvenes. Niños vestidos con túnica de monaguillo, los guiones de La Paz y el Rosario, acólitos con dalmática turiferarios y portando faroles y el templete de la Virgen del Rosario.
La camarera Francisca Gálvez Torres, con la ayuda de Enrique Cruces Herrera, decoraron el trono, con una profusión de flores en la canastilla que dejaban ver a la perfección la base del templete con su peana, a base de flores lilium orientales, alstroemelias, decorativos, brásicas y rosas.
José Blas Herrero Mayor dirigía a sus 32 hermanacos vestidos con traje oscuro. Tras la Virgen, el hermano mayor Joaquín Gallego Sánchez, acompañado por las tenientes de alcalde Loli García y Carmen Pena, así como la concejal Pepi González, junto a representantes de las diferentes cofradías, que pese a eliminarse el guión oficial el año pasado, algunos de ellos fueron invitados a portarlos en la parte inicial de la procesión. Y terminaba la Banda de Música «José Antonio Galán» de Archidona.
El recorrido fue por Viento, Pasillas, Peñuelas, Carreteros, Infante don Fernando (donde los hermanacos mecieron suavemente el trono) y al llegar a la Plaza de San Sebastián, les recibió el párroco padre Antonio Ramos Ayala, quien rezó a la Virgen en la puerta principal y luego invitó a directivos y autoridades a pasar a la Capilla del Sagrario para rezar ante el Santísimo Sacramento.
Por último, subida por Cuesta de Zapateros y entrada por Viento hasta Santo Domingo, con petaladas y música para culminar, en una procesión que va a más.