La iglesia conventual de las religiosas clarisas acogió este martes 15 de septiembre la festividad de la Virgen de los Dolores, marcada por la pandemia en la que se limitó el aforo, se quedó gente fuera en el patio y no se pudo proceder al besamanos final.
La Virgen se trasladó a un lado del presbiterio, tras la reja conventual, llamando la atención por el antiguo manto que se dejó a su caer, sin soporte interior que le da más anchura, evocando a antiguas imágenes.
Misa presidida por el párroco Francisco de Paula Baquero, en una celebración que contó con el acompañamiento musical de Diego Morales y de las religiosas en el coro alto. Al término, homenaje a los hermanacos que han cumplido 25 años llevando al Señor Atado a la Columna: Joaquín Ruiz y Antonio González.