Juan Antonio Martínez Pelayo, uno de los veteranos hermanacos de Santa Eufemia, emocionó a quienes asistieron a su oración en la víspera de la festividad de la Patrona en la noche del domingo 15 al lunes 16.
A las 23,30 horas, la secretaria María José Ruiz dio la bienvenida y cedió la palabra a Manuel García de la Vega, compañero de andas de Juan Antonio. El también pregonero de Semana Santa lo definió como “buena persona”, alguien de parroquia, gran “padre, marido, hermanaco, cofrade. guitarrista…” quien permanece de aquellos años de reorganización, volcados con la Parroquia de Santiago.
Juan Antonio no pregonó, ni exaltó, ni se salió del guión. Se basó en lo que siente su corazón, como los de esos “leones” que a los pies de Santa Eufemia están, aunque no se les note. Estuvo cuando eran 16 hermanacos cuando la llevaban con el templete de 1866. Y ha ido viendo cómo iban creciendo las andas y la devoción hasta los 70 que forman hoy esta familia.
“Bajo sus andas, hablo con Ella. Le cuento mis cosas, lo que siento, mantengo una conversación desde la íntima unión en la oración que se realiza cuando portas su trono, muchas veces… recibo hasta una respuesta, a todo aquello que llevo dentro en esos momentos”.
Evocó aquellos años en los que Ángel Guerrero pidió ayuda a la Parroquia de Santiago, entre los que surgió Juan Antonio que sigue como hermanaco. Un barrio barroco, con sus devociones que suman. Luego abordó el recorrido, que pese a ser amplio, distinto y cansado a veces, siempre esperaban mecer dentro del templo cuando llegaba la hora de Medea. Era el momento de sentir que terminaba un año de oración. Fue muy aplaudido.
Por último, se encendió una candela en la Plaza de Santiago, repicando las campanas a las 12 de la noche del día de fiesta local en Antequera, en la festividad e Santa Eufemia.
