Lluvia y frío por la mañana para asistir a los cultos del Domingo de Ramos en Antequera, que por la tarde tuvieron el invitado no deseado, la lluvia, que apareció en el Desfile de la Armadilla, retrasó la salida y llegó de manera de un fuerte aguacero al entrar en Lucena, lo que llevó a acortar el recorrido casi «a la vega» ante la fuerte precipitación.
Tras las visitas por la mañana al céntrico templo, la Cofradía de la Pollinica tenía su ilusión puesta en la procesión vespertina. A la hora del Desfile de la Armadilla, ligera llovizna, lo que les hace reunirse en la sacristía.
Respaldo de la Agrupación de Cofradías para que tomaran el tiempo que fuera necesario y tras reunirse la Directiva, anunciaron que saldrían media hora más tarde.
Oración del arcipreste padre Antonio Fernández López y comunicado por parte del hermano mayor, José Antonio León Cruz y pasadas las 18,30 horas, se abrían las puertas de San Agustín, comenzando la procesión su recorrido.
Tras la cruz y acólitos, niños con palmas ante el Señor a su Entrada en Jerusalén que meció durante el recorrido al son de la Agrupación Musical de de la Salud de Churriana de la Vega.
Seguían más niños y acólitos, el trono del Señor Orando en el Huerto de los Olivos y niños abriendo paso a la Virgen de la Consolación y Esperanza, tras quien cerraba el cortejo la Banda de Música «Las Flores» de Málaga. Ambas bandas dieron el toque musical preciso para que el cuerpo procesional se luciera por el recorrido.
Entrada en calle Infante don Fernando, saludo a la Patrona Virgen de los Remedios y llegada a San Luis con el cielo despejado de fondo y los últimos rayos de sol.
Ya en calle Cantareros, se encendieron las luces artificiales de la calle y entrada a Lucena por Madre de Dios, momentos en los que se sentía que la Cofradía iba a darlo todo al ritmo de la música y con los hermanacos que querían darlo todo bajo las andas.
Casi solo le dio tiempo al Señor de la Pollinica, ya que a las 20,54 horas empezó a llover levemente hasta que cayó un fuerte chaparrón, lo que hizo desmontar el cuerpo procesional que se fue corriendo hasta San Agustín y los tronos seguir dirección a su templo, en vez de pasar por las calles estrechas.
Se improvisaron «tres vegas» por calle Lucena, mientras que seguía lloviendo con fuerza y tuvieron que acudir al templo, tapando con plásticos la imagen del Señor Orando en el Huerto de los Olivos y el manto que no tapa el palio, de la Virgen de la Consolación y Esperanza.
En apenas 15 minutos, entraron los tres tronos dentro del templo, donde se «encontraron» dentro, rezándose cuando se volvieron a subir a los hombros de los hermanacos, terminando más pronto de lo previsto, el Domingo de Ramos de la Pollinica cerca de las 22 horas.
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