No hubo que esperar tanto, puesto que a las 21:35 horas subieron al presbiterio el hermano mayor Fernando Rosales, el vocal de cultos Antonio Palomo, el fiscal José Manuel Cantos y el vicemayordomo Salvador Cruzado. Éste último anunciaría la decisión de la Junta Directiva de no realizar finalmente la procesión «por responsabilidad respecto al patrimonio y, por encima de todo, para con los hermanacos», puesto que aseguraban les habían informado de la alta probabilidad de precipitaciones durante las próximas horas. A pesar de ello, sí anunciaron que los tronos saldrían de la iglesia del Carmen, llegarían a la plaza y darían la vuelta para encerrarlos en la Casa Hermandad anexa al lateral de la iglesia. El vocal de cultos, Antonio Jesús Palomo, tomaría la palabra a continuación para dedicar un padrenuestro a la memoria del ex directivo Antonio Moreno, rezando además una salve en latín a la Virgen de la Soledad.
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Después, con las puertas abiertas del templo, comenzaría a organizarse todo el cortejo procesional a excepción de los penitentes, incluyendo cuatro tambores pertenecientes a la Banda de Cornetas y Tambores «Amigos de la Música» que acudieron tras no poder desfilar con el Socorro. Se apagaron entonces las luces interiores del Carmen y, a las 22 horas, salió el trono del Santo Eniterro dirigido por primera vez por Jesús Cantos. A continuación subió las escaleras previas a la entrada principal de la iglesia, encaró la plaza del Carmen y giró en dirección a la Casa Hermandad. Misma operación realizaría a continuación la Virgen de la Soledad, que estrenó también hermano mayor de insignia en la persona de Miguel Ángel Jiménez. Todo este «traslado» se realizó con mucho público en la plaza, en una atmósfera de silencio y respeto. Los de Fernando Rosales, cuya junta se estrenaba este Viernes Santo, tampoco pudieron realizar finalmente la ansiada y esperada estación de penitencia por las calles de Antequera.