Se llama Natalia Tortosa Jiménez (Antequera, 24 de septiembre de 2007), es hija de María Jiménez García y Juan Javier Tortosa Sánchez. Tiene una hermana, Ainara. Sabíamos de su devoción al Cristo de la Buena Muerte y que cada año, en una parte del recorrido, su hermano mayor Antonio Carrasco Orellana, le dejaba que tocara la campana. Nunca habíamos coincidido en ese momento, hasta el 2019 cuando presenciamos la escena en la puerta del Ayuntamiento. Indescriptible. La fotografiamos y quedamos con ella, su madre y su hermana para que compartieran con nosotros el porqué de su devoción. Compartimos que nos quedamos sin palabras al escuchar sus sinceras respuestas, salidas del corazón. ¡Vamos a ello!
Tiene 12 años y desde los 3 años le diagnosticaron una enfermedad poco corriente con una mutación de un gen que suele darse en adultos, entre los 40 y 50 años, y es de los pocos niños que la padece. “Vas bien y un día se va encontrando mal y desde los 3 años le reconocieron paraparesia espática”, nos explica su madre. Estudia en el Colegio Público Reina Sofía de Antequera y su integración es normal. Desde que llegó, su sonrisa y mirada te invade mostrando su bondad y su normalidad de ir en silla de ruedas, y conforme vamos formulándoles preguntas, sus respuestas te cautivan porque valora lo bello que es vivir, tener a alguien al lado y ser quien ayuda a los demás más que recibirla de ellos.
¿Cómo es que una niña de 12 años tiene devoción al Cristo de la Buena Muerte y de la Paz?: “Mi padre empezó a sacarlo; entonces yo lo vi por primera vez y me empezó a gustar. Y con 7 años empecé a salir con mi tía Gema, alumbrando al Cristo. A partir de ahí cada vez me cautiva más. A pesar de estar en la cruz, me transmite paz”.
¿Y cómo es que su padre fue hermanaco de esta imagen de la Cofradía de ‘Abajo’?, nos responde su madre: “Por casualidad porque empezó a trabajar con Antonio Carrasco y le dijo le haría falta un puntal para el Cristo como él. Aceptó y empezó a sacarlo y ya no lo ha podido dejar. Siempre dice que es el último año, pero nunca lo es y con ella alumbrándole, ya va a ser difícil dejarlo”. En este 2020 hubieran sido sus 10 años, pero la crisis del coronavirus no le dejarán llevarlo.
¿Y cómo fue lo de buscarlo primero desde las aceras y luego ir tras Él en la procesión?: “Cuando yo fui a la iglesia a verlo, mi padre me contó que lo empezaba a llevar y ya desde el primer año empecé a sentir algo por el Cristo y cada vez más. Los primeros años me llevaban a verlo por varias calles porque no sabían si iba a aguantar todo el recorrido, pero desde que soy más grande, empecé a salir y ahora cualquiera me quita de ir tras Él”.
¿Cómo una imagen de un Señor que está muerto en la cruz, puede darte esa confianza en Él?: “Me llama la atención mucho, además fue el primero que vi de cerca y es mi primer recuerdo de la Semana Santa. Por lo que me llamó la atención y ahí estoy y seguiré siempre a su lado”.
¿Y cómo surge lo de tocar la campana?: “Desde que el hermano mayor, Antonio, me vio alumbrando, siempre que me ve, habla conmigo y me ayuda a ponerme en pie unos instantes y poder tocar la campana. El año pasado me pidió que fuera andando”. Su madre nos completa diciendo que suele ir entre silla de ruedas y andador, pero que ella “intenta ir el trocito que pueda andando, la cueste lo que le cueste, aunque siempre con nuestra ayuda”.
Cuando tocó por primera vez la campana: “Mi padre dejó su sitio y me subió y ahí me puse un poco nerviosa no porque todos me estuvieran mirando, sino porque iba a tocar la campana de mi Cristo”. Y en los últimos años, le acompaña todo el recorrido, hasta antes de correr las vegas. Luego, “esperamos en casa hasta que llega papá de correr las vegas y le damos un fuerte abrazo. Mientras tanto, intentamos verla en directo con vuestros vídeos, siempre cuando llegamos a la casa. Porque además de mi Cristo, me gusta ver el resto de procesiones. Vi hasta tu Pregón cuando hablaste de mí y mi tía me ha mandado el trozo y lo veo muchas veces”.
Su madre: “Ella es la que nos ha arrastrado a todos al final a creer en ellos”
Le preguntamos ¿cómo es el resto de la Semana Santa?, nos responde su madre: “Ella es llegar el Domingo de Ramos y ya está con su teléfono y su televisión y lo ve todo todo”. A pesar de su devoción al Cristo, también tiene relación con los Dolores. “El Jueves Santo empezó con su abuelo, mi padre, y desde hace dos o tres años también va delante de la Virgen de los Dolores, vestida de penitente, en silla de ruedas”. Su hermana subraya que “disfruta con todos los santos, también con la gente, al ver cómo van los hermanacos y cuando los mecen”.
Volviendo a su Cristo, le preguntamos si le gustaría salir de otra cosa: “Mi padre me dijo el año pasado que si quería salir de capirucho y le dije que no porque yo iba bien alumbrando, me gusta verlo como lo hago todos los días en las fotos que tengo de Él en casa. Además, así puedo tener a mi familia al lado”.
¿Y qué le dices al Cristo de la Buena Muerte el Viernes Santo?: “Yo cuando voy con mi padre a amarrar por la mañana, ahí en la iglesia, le digo que me ponga yo mejor, que no le pase nada a nadie y por supuesto, que mi padre termine bien en la procesión”.
Información básica para el coronavirus
·Teléfonos exclusivos para el Covid-19 “coronavirus: 900 400 061 y 955 54 50 60 (Salud Responde).
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· Qué es el coronavirus: Virus que circulan entre animales, pero que algunos pueden afectar a los humanos, el nuevo se identificó en China a finales de 2019.
· Los síntomas: Fiebre, tos y sensación de falta de aire.
· Prevención: Lavar las manos frecuentemente. Evitar tocar los ojos, la nariz y la boca. Al toser, cubrir la boca con un pañuelo desechable o contra el brazo con el codo flexionado. Con síntomas respiratorios, evitar el contacto próximo con otras personas.
· Con síntomas: No acudir al Hospital, sino llamar a los teléfonos indicados: 900 400 061 y 955 54 50 60 (Salud Responde).