Estimados lectores de El Sol de Antequera. Apreciados cofrades que tenéis entre vuestras manos este nuevo trozo de la historia de la Semana Santa de nuestra ciudad como es el número extraordinario que publica anualmente, de forma ininterrumpida desde hace ya más de 100 años, el que es por méritos propios Decano de la Prensa Malagueña. Me es especialmente grato poder saludaros este año, 2022, por estar a las puertas de, seguramente, la Semana Santa más esperada y deseada, la más ansiada y soñada; esa en la que, Dios mediante, volveremos a disfrutar de las procesiones en nuestras calles con un pleno significado: el religioso y catequético, el cultural, el artístico y el turístico.
No hay acontecimiento más grande al cabo del año en nuestra ciudad que la Semana Santa. No hay momento que concite tanto el interés de nuestros vecinos y también de forasteros que ven en Antequera un reclamo de excepción para poder disfrutar de una Semana Santa singular y plena como es la nuestra.
Una Semana Santa que destaca de entre todas las de la provincia y buena parte de Andalucía por la antigüedad de sus imágenes, por la calidad de sus enseres, por la calidez de sus singulares tradiciones como lo es por ejemplo y de forma destacada “Correr la Vega”, por la capacidad de los cofrades antequeranos de saber mantener la idiosincrasia que hace que nuestra Semana Mayor sea tan brillante que sus destellos llegan a cualquier parte.
Venimos de afrontar dos años especialmente duros y complicados a causa de la pandemia del coronavirus, algo que también ha afectado de lleno al mundo cofrade. De los solitarios cultos telemáticos en pleno confinamiento domiciliario del año 2020, pasamos en 2021 a ver algo más cerca el esperado regreso de la mano de vistosos y visitables altares en todas y cada una de las iglesias en las que se encuentran nuestras cofradías.
Pero también tuvimos una magnífica oportunidad que supimos aprovechar, gracias al esfuerzo de todos, como fue la magna exposición cofrade “In Aeternvm”, un acontecimiento único que contribuyó a acercar más y mejor nuestra Semana Santa al resto de la provincia y, gracias a las nuevas tecnologías, a todo el mundo, marcando un positivo punto de inflexión en la promoción de nuestro patrimonio cofrade.
Hoy, ya en 2022, nos aprestamos a volver a sentir en nuestras carnes ese inconfundible olor a incienso en las calles, el sonido de las bambalinas de nuestros palios, el canto de las cornetas y el redoble de los tambores, o también ver de cerca tras tanto tiempo a nuestros Sagrados y Venerados Titulares, esos que nos acercan más hasta Dios y su Bendita Madre.
Prepárate, cofrade, a experimentar de nuevo el sonido de una campana y de su arriba, el tintineo de los campanilleros de lujo, ese pellizco en el estómago justo antes de iniciar una salida, el rachear de las horquillas, ver los devotos y penitentes llenar las pintorescas y remozadas calles de nuestra ciudad, o comprobar también esa primera Semana Santa que por fin quedará grabada por primera vez en la memoria de nuestros más pequeños, muchos de los cuales aún no han podido llegar a vivirla.
Prepárate también para disfrutar de nuestra gastronomía y de nuestras gentes, dos importantes aspectos que a buen seguro te ayudarán también a vivir más internamente las peculiaridades de nuestra tierra, abierta más que nunca de par en par con el propósito de seguir demostrando todas sus bondades y cualidades que la hacen verdaderamente única en base a un legado inigualable, un presente vivo y un portentoso futuro.
La espera, por fin ha terminado. Y concluye precisamente también con la esperada llegada de este número extraordinario que vuelve a envolvernos de todo ese aroma a Semana Santa cien cpor cien antequerana, de su historia y personajes, de sus novedades o de unas cuidadas fotografías que vienen a ser también fiel reflejo de lo que ha sido, es y seguirán siendo nuestras Cofradías y la Semana Santa. Enhorabuena por este arduo y encomiable trabajo.
Desearos mis mejores deseos para esta Cuaresma y la inminente Semana Santa que se apresta ya a aparecer mezclando sensaciones, sabores, olores y sentimientos únicos e irrepetibles. La espera, por fin ha terminado. ¡Enhorabuena cofrades! ¡Enhorabuena Antequera!