Antequera terminaba el primer día de septiembre con una triste noticia: fallecía Antonio Bracho Rubio, uno de los hombres referentes de los últimos tiempos en la ciudad, en su Iglesia, en el mundo cofrade, en el de la familia y, por supuesto, en su San Pedro, de la que fue fiel guardián durante casi un siglo.
Sacristán que fue de los últimos tiempos en la iglesia parroquial, ayudando a más de medio centenar de párrocos que pasaron por ella en los últimos años. Hermano mayor que fue de la Cofradía del Cristo de la Misericordia y de la Virgen del Consuelo, de la que fue nombrado hermano mayor honorario. Mayordomo de María Auxiliadora y hermano mayor fundador de la Hermandad de Belenistas.
Hombre muy cofrade, pero sobre todo muy creyente y cristiano. Combinaba lo que tenía que ser un buen cofrade: persona de Iglesia comprometida y servicial cofrade. Padre destacado, ejemplo de la unidad familiar, donde junto a su esposa, Socorro del Río Martín, formaron una querida y apreciada familia en la ciudad, formada por Coqui, Antonio, Rosario María y Visitación.
El velatorio es en el Tanatorio de la Ciudad de Antequera, siendo enterrado este jueves 3 de septiembre a las 10,30 horas en su iglesia parroquial de San Pedro para su posterior entierro. Precisamente, a los pies de su Virgen del Consuelo, que mañana mismo empieza a celebrar su festividad.
La Madre de Dios lo ha llamado en vísperas de su día, el del Consuelo, tras haber nacido en Antequera un Jueves Santo. Fechas de inicio y de despedida de un gran caballero, un noble antequerano que representa la Antequera de la segunda mitad del siglo XX, la que mantuvo y conservó la ciudad que hoy heredamos.
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