El museo cofrade se quedó en casa. Cinco siglos de devoción han llegado a nuestros días, gracias al amor y custodia que le ofrecen generación tras generación y la Cofradía de los Estudiantes decidió no salir este Lunes Santo de la Semana Santa de Antequera de 2024.
Se respiraba que ésa iba a ser la decisión. No se puede arriesgar ni por las personas ni por lo que atesoran. El hermano mayor Juan Antonio Sancho Vegas lo tenía claro: esperar, consultar, reunirse y decidir. Y así se hizo.
Tras una mañana con el duelo en las miradas porque no se reconocía, pero se sabía que no se iba a salir, llegaba la hora del Desfile de la Armadilla. Y a las 17,30 horas partió de calle Mesones y si había alguna duda, la lluvia por Madre de Dios disipó toda posibilidad de salir. Aunque al ver a una hermanaca, sólo con verla, mereció la pena ver el Desfile. Quizá por eso llovió al pasar por ese sitio… El legado de los padres.
Entre los cofrades, las bandas de Cornetas y Tambores de la Vera Cruz de Almogía, la Banda Municipal de Música El Rocío de Málaga y la Banda de Música de la Vera Cruz de Almogía.
El paso por calle Duranes era al menos un ¡hasta el año que viene! Y al llegar a San Francisco, oración dirigida por el párroco p. Francisco de Paula Baquero y reunión de la Directiva. Ver al lado del Nazareno a Juan Antonio Castilla Luque era signo que se tenía una unidad de no salir.
Y así fue. Salió la Directiva y su Hermano Mayor que anuncia la decisión de no salir. Pidió a los hermanacos que aguardaran junto a las andas y se abrieron las puertas del templo para que pudiera entrar la gente. Llovía a la hora de la salida.
Y en el tránsito de la Capilla de la Sangre, preparada la Coral Ciudad de Antequera y la Banda de Música Vera Cruz de Almogía. Momento en el que el hermano mayor de la Virgen toca la campana y mientras que todos los hermanacos miraban a la Virgen, la coral y la banda interpretan el «Ave María de Caccini». Si alguien ha imaginado alguna vez que se siente allá arriba, basta con imaginar lo que se vivió en estos momentos.
Seguidamente, Juan Antonio Castilla Luque que toca la campana del Nazareno de la Sangre, emocionándose al recordar a su padre, Antonio Castilla, fallecido recientemente. Y la coral y la banda que interpretan «La muerte no es el final».
Y para terminar, el Himno de la Cofradía de los Estudiantes, esa fusión entre el Gaudeamus Igitur y la marcha que confeccionó Perfecto Artola. Y entre abrazos y esperanza, se terminaba el Lunes Santo. Las puertas se mantuvieron abiertas hasta las 22 horas para que pudieran ver los tronos los que los aguardaban en las calles.
Concluye un Lunes Santo sin procesiones, pero viendo lo que percibimos, esa juventud propia de la cofradía, da ese brote de esperanza para el futuro inminente de la cofradía de la bendita banda verde. Color de la Cofradía y de la esperanza de muchos devotos. Y dedicado al Cielo: ¡Felicidades, Puri Campos, por tus 75 años!