La lluvia en forma de rápida tormenta estuvo a punto de sorprender a la Cofradía del Mayor Dolor en la hora de la salida, pero una ligera llovizna avisó, esperaron, cayó un fuerte aguacero y salieron una hora más tarde, acortando por Lucena y regalando el paso íntimo por calle de La Tercia.
Como pasara el día anterior, la lluvia de abril en Semana Santa estuvo a punto de jugar una mala pasada, pero el inicio de las pequeñas gotas cuando las andas estaban ya en la calle a las 21 horas, hicieron esperar acontecimientos. Y en esa espera, tormenta con rayos, truenos y una fuerte lluvia.
Tras varias reuniones y recibir consejos meteorológicos, abogaron por salir una hora más tarde, a las 22 horas, saliendo directamente por calle Infante don Fernando y bajando por Lucena, en vez de Encarnación, Tintes, Maderuelos y Diego Ponce como estaba previsto.
Así, a las 22 horas salieron, el Señor del Mayor Dolor por la puerta principal y la Virgen del Mayor Dolor con su palio por calle Encarnación. La lluvia y la humedad restó gente de la calle, con un lleno en San Sebastián y espacios en Lucena.
Abría el desfile la Sección de Honores del Tercio Gran Capitán Primero de La Legión, Banda de Guerra del Tercio Alejandro Farnesio 4 de La Legión, Escuadra de Gastadores y Portadores del Grupo de Caballería Reyes Católicos.
Luego cerca de un centenar de penitentes y el trono del Señor del Mayor Dolor, donde destacaba el nuevo sayón realizado en 2020 por el imaginero malagueño Juan Vega, que sustituye al anterior y que ha tenido que esperar la pandemia para estrenarse.
Seguían devotros alumbrando al Señor de Antequera en su Mayor Dolor, algunos penitentes, cuerpo de mujeres vestidas con mantilla española y el palio de la Virgen, con sus mecidas que hacen que el palio se mueva al son de los sones de la Banda de Música de Huetor Vega.
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El «encuentro» en la Alameda y el recogimiento por calle Tercia
Tras bajar por Lucena, primer paso por calle Cantareros y llegada a la Alameda, donde la cabeza de la procesión se va encontrando con la parte final del cortejo con ese ya característico «encuentro» entre el Señor y la Virgen con la Puerta de Estepa de fondo.
Entrada a la calle Infante don Fernando, saludo a la Patrona Mariana de la Virgen de los Remedios y turno para las calles estrechas, la de La Tercia, con luz de madrugada, personas mayores en los balcones de la Residencia de Pinofiel y mágico paso del palio de la Virgen mientras sonaba «La Madrugá».
Buenos giros con calle Cantareros y paso rápido y con apenas público en las aceras por Cantareros y Lucena de regreso. Sí estaba de nuevo lleno la Plaza de San Sebastián, con bengalas, aplausos y «despedida» del Hijo y su Madre al regresar a su templo, encerrándose a las 2,30 horas de la madrugada.
Terminaba un Miércoles Santo donde el traslado legionario llenó de nuevo los aledaños del templo colegial, salió el Desfile desde el Paseo Real y una tormenta estuvo a punto de caerles nada más salir. Esperaron, consultaron y la previsión esta vez sí se cumplió y pudieron desfilar por las calles de la ciudad.
Nos quedamos con los abuelos asomados tímidamente por calle de La Tercia y esas personas que formaban las filas pegadas a las fachadas para sentir el paso de la cofradía del Mayor Dolor por este año de reencuentros y nuevas calles en los recorridos.