Se acerca la Semana Santa y las tres máquinas industriales de Bordados Arturo no paran de trabajar. Tienen que tener preparados todos los encargos que cofradías y particulares realizan a esta empresa antequerana.
Pilar Alcalá, su propietaria, está atenta a todo el proceso; que si bien tiene mucho de tecnológico, no deja a un lado el proceso manual que le mantiene ese carácter artesano de lo antiguo.
“Nos dedicamos a todo tipo de bordados y al servicio de uniformado. Para ello contamos con una tecnología muy avanzada, con tres máquinas grandes industriales de 1,80 metros de alto con doce colores”, nos explica para afirmar sin dudar que “con ellas podemos hacer lo que queramos”.
Las posibilidades son infinitas, “desde el manto de una Virgen hasta los gorritos de un bebé que va a nacer”. También realizan personalizaciones de prendas de vestir con iniciales, para lo que trabajan con los principales comercios textiles de Antequera.
El buen hacer de Bordados Arturo ha hecho que la actividad cofrade cada vez tome más protagonismo en su producción; hasta ser en la actualidad su principal actividad. Este año, por ejemplo, salen de su taller “todas las bandas nuevas de los Estudiantes, para que todos lleven la misma anchura, el mismo color, y que el bordado sea el mismo”. Guantes, escapularios, pañuelos o escudos son otras de las piezas que en este momento se preparan, “junto a una sorpresa especial que no se podrá desvelar hasta el pregón”.
Le enorgullece haber sido la autora de una saya para la Virgen de Consolación y Esperanza o una túnica para el Señor del Huerto, ambos de la Cofradía de la Pollinica; y “esta Semana Santa la Virgen de los Dolores de Fuente de Piedra va a estrenar un nuevo ajuar que le hemos preparado”.
Sobre los diseños, pueden ser originales de las cofradías o clientes, o también cuentan con sus propios diseñadores que pueden realizar las propuestas por encargo. Sobre las técnicas, la maquinaria también ofrece múltiples posibilidades, “pudiéndole dar el relieve que queramos”. De que el resultado sea perfecto se encarga Pilar Alcalá, “incorporándole a mano otros elementos como puede ser la pedrería que acompaña a muchas de estas piezas”.
También hay otros elementos que hay que hacer a mano, “como los zapatos de hermano mayor o de campanillero de lujo, que este año hemos hecho varios”. En este caso, se hacen las piezas a máquina, y posteriormente se cosen al calzado.
Un trabajo rápido, de calidad y económico
Este trabajo de bordado industrial aporta múltiples ventajas, como es el tiempo de ejecución, la calidad del resultado, y el precio final. “La precisión de un ordenador es perfecta, y eso se nota”, señala.
También permite jugar con diferentes tipos de hilos de oro, realizados específicamente para este proceso, y que permiten a las máquinas ponerse hasta a 700 revoluciones.
La gran experiencia que tienen en Bordados Arturo es garantía de un trabajo de calidad. Gran parte de la recompensa la encuentra Pilar cuando ve esas piezas en la calle: “Es muy gratificante y satisfactorio estar viendo una procesión, que todo el mundo se admire de una pieza, y que tú puedas decir la he hecho yo”, indica orgullosa e invitando a todas las cofradías a conocer su empresa y su labor.
