Han pasado nueve meses desde que Jerónimo Hijano nos dejara, pero en el puesto 50-51 del Mercado de Abastos de Antequera hay cosas que no han cambiado: la esencia de Jerónimo continúa presente y su mujer, María del Carmen Herrera la lleva por bandera.
Nos cuenta que Jerónimo nació pescadero, ya que su madre, Socorrilla, regentaba el puesto de la pescadería cuando él nació. Él lo aprendió todo de ella y María del Carmen, al casarse con Jerónimo, lo aprendió todo de él. Ahora, ella ha tomado las riendas del negocio tras su fallecimiento, pero con la firme convicción de que su esencia sigue: “El negocio ha seguido igual. ¿Lo que lo caracteriza? La calidad, desde que mi suegra vivía. Él siguió con la misma línea que ella, y la misma calidad. Nosotros seguimos igual, con la misma calidad y los mismos proveedores. Después el trato al público también es algo que destaca. Él era muy servicial, procuramos ser igual. Igual no vamos a ser, pero procuramos ofrecer el mismo servicio y la misma calidad”. En este tiempo su clientela no se ha resentido: “Yo creo que el público estará contento con lo que estamos haciendo.”
El apoyo de su equipo ha sido fundamental
“Tengo muy buen equipo. En la pescadería tengo dos, Manuel y Sonia, que son especiales. En estos dos años han sido unas personas envidiables, cien por cien, que lo han dado todo por nosotros. En mi casa tengo a mi hermana, que también ha sido un apoyo muy grande para que mi casa siga adelante. Y Miguel, el hermano de Jerónimo, nos ha ayudado mucho y siempre está con nosotros por si necesitamos algo”, nos explica María del Carmen, que agradece el apoyo recibido.
Tuvo que ponerse al frente de la pescadería a solo cuatro días de faltar Jerónimo: “Es el negocio de la familia, vivimos de esto y me he tenido que hacer cargo. Hay que seguir para delante, con mucho dolor… La vida sigue y tenemos tres hijos y hay que sacarlos adelante”.