“Era el patito feo que se convirtió en cisne”, nos describe Inmaculada Granados Delgado, gerente de las Cafeterías de Panadería Santiago, ante la reforma de su establecimiento de Carrera de Madre Carmen.
Y es que el cambio ha sido radical en todos los aspectos. Desde la entrada, accesible para minusválidos, a sus vitrinas, cafetería con distintos ambientes y espacios y hasta su patio, convertido en un espacio sin humo con posibilidad de abrir su techo y estar a la fresca en los días calurosos.
El cambio se venía planteando desde hace tiempo, precisamente cuando se cumplían 20 años desde que su padre, José Granados Reyes, abriera esta primera panadería-cafetería. Pero esa idea primera, fue cuando llegó la pandemia en 2020 y ahora, dos años más tarde, cuando se han cumplido 22 años de aquella apertura, ha llegado el cambio radical.
“Todo el mundo que entra se sorprende porque no espera el cambio tan radical, nos hemos parado desde la reapertura”, nos confirma Inmaculada.Si el aspecto ha cambiado siendo algo totalmente renovado, sus servicios, siguen siendo los mismos, calidad para el cliente, pero ampliando horizontes. “Tenemos nuestros desayunos y meriendas, nuestros panes y dulces que son nuestros productos estrella, y además, gofres y crepes por las tardes”. Además, en época estival, “tendremos nuestros helados elaborados por nosotros, por mi hermana Cristina”.
El horario ofrece un gran abanico de posibilidades para que el cliente pueda disfrutar del mismo. “Abrimos de lunes a domingos y festivos, de 6 de la mañana a 8,30 de la tarde de forma ininterrumpida”.
Con mucha ilusión afrontan esta nueva etapa en este establecimiento, donde Inmaculada Granados, muestra un deseo firme para el futuro: “En septiembre hicimos 22 años de la primera apertura y a ver si duramos otros 22 años más como mínimo viendo casi a la misma gente”. Ganas y entusiasmo no les faltan para conseguirlo.