El Museo de Bellas Artes de Sevilla acoge una exposición por el cuarto centenario del nacimiento de Pedro Roldán (1624-1699), referente escultórico sevillano, considerado como una de las figuras estelares de la escultura barroca española, con sangre antequerana, como fueron sus padres y hermanos, aunque él nació en Sevilla.
Para Antequera, según destaca el historiador Jesús Romero Benítez en el libro de la muestra, en 1693 realizó la escultura de Santa Catalina, para el retablo de San Sebastián “del maestro antequerano Bernardo Simón de Pineda, que lo ejecutaría en sus talleres de Sevilla”. En él, las imágenes de “San Pedro, San Pablo, Santa Catalina y el relieve de la puerta del Sagrario”.
Entrar a este museo referente y saber que Antequera está presente en los genes del escultor y en la obra de Santa Catalina, te da un impulso a sentirte como en casa y te demuestra una vez más nuestra proximidad a Sevilla. Para todo amante del Arte, de la Historia y de Antequera, es una visita recomendada.
La exposición expone 44 obras. De ellas, 36 son esculturas de Pedro Roldán y dos de su hija, Luisa Roldán “La Roldana”. Además, se exponen dos documentos, un dibujo de Villodas, dos pinturas, una de Meneses Osorio y otra de autor anónimo que completan aspectos diversos de la figura y obra del maestro y un grabado.
Pedro Roldán era hijo de padres antequeranos, el carpintero Marcos Roldán y su esposa Isabel de Nieva. Con ellos regresaría pronto a Antequera, y tras sentir la llamada de su vocación artística, se trasladó a Granada en 1638, ingresando con 14 años como aprendiz en el taller del escultor Alonso de Mena. En 1642 contrajo matrimonio con Teresa de Villavicencio y en mayo de 1646, pocos meses antes del fallecimiento de su maestro, ya lo encontramos viviendo en Sevilla. El despegue de la carrera artística de Pedro Roldán se produjo a comienzos de la década de 1650, en la época que dejaban su legado Felipe de Ribas y Martínez Montañés.
Entre las obras que se exponen hay procedentes de Montilla, Marchena, El Puerto de Santa María, Sevilla, Villamartín, Córdoba, Écija, Antequera y Valladolid. El miércoles 29 de noviembre se inauguraba en el Museo de Bellas Artes de Sevilla.
En la misma, el consejero de Turismo, Cultura y Deporte, Arturo Bernal, destacaba que a través de una selección de 44 obras del autor, se ofrece “una visión actualizada y rigurosa de la producción del artista, una de las figuras estelares de la escultura barroca española, y cuya influencia se extiende hasta nuestros días”.
La exposición se puede hasta el 10 de marzo de 2024. El comisario de la muestra es José Roda, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla y especialista en la obra de Roldán. Entre los documentos, la partida de bautismo del artista, procedente del archivo de la Parroquia del Sagrario de la Catedral de Sevilla, donde fue bautizado el 14 de enero de 1624.
Se ha contado con la colaboración de Juan Suárez, catedrático de Dibujo, quien ha buscado disponer de las piezas evocando el ambiente de un taller del siglo XVII.
Para la exposición se ha revalorizado la imagen del Cristo de la Caridad que, según la Consejería de Cultura, se creía desaparecida, y ahora se exhibe en la muestra, tras ser documentada durante el proceso de investigación para la muestra, donde también se ha atribuido el ‘Nacimiento’ de hacia 1675, procedente de la Escuela de Cristo de la Natividad de Sevilla.
Al llegar a la sala, los visitantes se encontrarán con los primeros encargos del artista y su formación, sus años de fama y plenitud, su década postrera y su prolífico taller, uno de los más importante de la Andalucía Barroca, del que salieron artistas de la talla de Luisa Roldán ‘La Roldana’ o Pedro Duque Cornejo –hija y nieto del artista-, entre otros.
(Reportaje fotográfico Eufemia Alba Sánchez)
La aportación de Antequera a la exposición: la Santa Catalina de San Sebastián
La organización ha encargado a Jesús Romero Benítez que sea quien aporte la descripción de la imagen de la ciudad que forma parte de la muestra. Se trata de la ‘Santa Catalina de Alejandría’, realizada en 1693 por Pedro Roldán. Imagen de madera tallada, dorada y policromada, que forma parte del retablo de la Virgen de la Esperanza de la Colegiata de San Sebastián de Antequera.
Según destaca Romero Benítez, en 1693, “un año después del traslado de la Real Colegiata de Antequera desde el templo de Santa María la Mayor al de San Sebastián, contrata la Hermandad Sacramental de la parroquia de este santo mártir un nuevo retablo con el maestro antequerano Bernardo Simón de Pineda, que lo ejecutaría en sus talleres de Sevilla.
Aunque no se especifica en el documento conservado, las esculturas que lo pueblan (San Pedro, San Pablo, Santa Catalina y el relieve de la puerta del Sagrario) las realiza el maestro Pedro Roldán. Éste, a su vez, aunque nacido casualmente en Sevilla –tanto sus padres como todos sus hermanos, mayores y menores, habían nacido en Antequera– participó a lo largo de los años en numerosas obras con Simón de Pineda, resultando paradigmático en este sentido el retablo mayor de la Santa Caridad de Sevilla”.
La colaboración de ambos la basa en que “pudo influir el hecho de que seguían teniendo familiares muy allegados en la ciudad anticariense”.
Recordar que fue el propio Jesús Romero quien en 1981 atribuía la autoría “a raíz del descubrimiento y publicación del referido contrato del retablo en el Archivo Histórico Municipal de Antequera. Su inclusión como obra de Roldán en la exposición El Esplendor de la Memoria, celebrada en el palacio episcopal de Málaga en el año 1988, la dio a conocer más ampliamente entre los historiadores del arte y el público en general”.
Sobre la imagen, describe que “repite fielmente, aunque en composición invertida o de efecto espejo, a la que representa a la virtud teologal de la Esperanza y corona el retablo mayor de la Caridad de Sevilla, fechado en 1670-72. Lógicamente, cambian los signos parlantes y lo que en el dechado sevillano es un ancla, en la Santa Catalina son la rueda con cuchillas y la palma del martirio, así como la espada clavada sobre la cabeza del emperador romano Majencio, que aparece con turbante mahometano”.
Una exposición que hay que visitar y en la que se demuestra la importancia de Antequera en esa época y esa zona de influencia que se formó entre ciudades de las hoy provincias de Málaga, Córdoba y Sevilla, donde Antequera tenía una gran relevancia por artistas que nacieron o vivieron en ella y dejaron su arte por la zona como fue el caso de Pedro Roldán.