Hay noches que se merecen una portada para que la Historia las recuerde, como la protagonizada este sábado 17 de noviembre, donde la Orquesta Sinfónica Provincial de Málaga hizo soñar a una abarrotada iglesia de San Agustín, donde el director Arturo Bosvovich hizo volar la imaginación de los presentes que recorrieron la historia del cine desde nuestra infancia hasta nuestros días, en una nueva actividad por el Centenario de El Sol de Antequera.
La Diputación Provincial de Málaga ofrecía su homenaje al Decano de la Prensa, ofreciendo a su Orquesta a la ciudad, y la Parroquia de San Sebastián y la Cofradía de la Pollinica cedieron el espacio.
A las 19,30 horas, puntual, comenzaba la noche con nuestra compañera Lorena Sánchez, quien evocó la magia que el cine suscita en un niño cuando ve una película por primera vez sobre las rodillas de su padre hasta que luego son ellos los que llevan a los suyos a dejarse llevar por la fantasía de los suyos.
Luego recorrió la historia de la Sinfónica, así como la de su actual director, exponiendo que Málaga puede presumir de tener tanto una de las mejores orquestas nacionales como de sus directores más destacados, como la noche demostró a continuación.
El concierto
Arturo Díez Boscovich quiso extender su batuta ante los asistentes, explicando cada tema para que el público entendiera lo que sus compositores, directores, películas y orquestas quisieron transmitir con sus partituras, lo que aumentó aún más y mejor el desarrollo del concierto.
Empezaron con «Hook, el capitán garfío» de John Williams y ya dejaron enmudecidos al templo, donde a pesar de llenarse los bancos, quedarse en pie al final y buscar sitio a los pies de cada altar, el silencio se hizo presente para solo sentir la emoción de escuchar la sinfonía de Boscovich.
Luego vino el suspense de Hitchcock que se apoderó del templo antequerano con ‘Vértigo’ de Bernard Herrmann. Seguidamente, el público cayó rendido en las notas del genio John Williams con la fabulosa música de la película de Steven Spielberg ‘E.T.», El Extraterrestre’, donde compartió lo que cada niño aún siente al verlo en la pantalla.
A ella le siguió la futurista, ‘Desafío Total’, otra obra maestra de Jerry Goldsmith. La emoción embriagó al público con notas de aventura con ‘Piratas del Caribe’ del gran Hans Zimmer tanto que parecía que el mismísimo Jack Sparrow fuera a aparecer en la iglesia de San Agustín.
Nuevamente otro clásico apareció en escena, ‘Drácula’ de Bram Stoker metió un miedo placentero en el cuerpo con las ganas de que no terminase nunca.
Sin duda, no podía faltar el superhéroe por excelencia de nuevo en las notas de John Williams con ‘Superman’ donde el público desde sus asientos quiso seguir volando en la fantástica noche.
Y cuando todo parecía que no podía mejorarse la apareció la magia del lado oscuro en una adaptación del propio director de la Orquesta Sinfónica de Málaga, Arturo Díez Boscovich de la película ‘La Guerra de las Galaxias’.
El concierto iba llegando a su fin y el periódico El Sol de Antequera hizo entrega en manos del alcalde de Antequera, Manuel Barón, de un detalle al director de la OSPM en agradecimiento por este maravilloso concierto.
Pero la orquesta quiso despedirse a lo grande rindiendo homenaje a nuestro recordado director, Ángel Guerrero Fernández, justo en los días que se cumple el segundo aniversario de su fallecimiento, por lo que le dedicaron los bises de películas que significaron mucho para él como las de Disney con ‘La bella y la bestia’ y ‘El violinista en el tejado’, donde el violinista, casualmente llamado José María Fernández, dejó sin palabras a los presentes con su increíble interpretación con su violín.
Fue el broche de oro, con el público en pie aplaudiendo una y otra vez tras un impresionante concierto que a buen seguro quedará en la memoria de todos aquellos que han podido disfrutar de él y de los que hemos escuchado en Antequera, podemos garantizar que de los mejores, por no decir el que más hasta ahora: se sumaban 100 años de Historia, los recuerdos de la infancia de los niños que hoy son mayores y la emoción de los más pequeños, que toman hoy el relevo de dejarse llevar por la magia del cine.