El Nájera Jazz se cerraría este viernes 21 en el Coso Viejo con el concierto de la Big Band de la Joven Orquesta de Jazz de Antequera con los profesores y alumnos que durante toda esta semana se han formado en nuestra ciudad.
A pesar de la ola de calor, el Nájera Jazz se ha desarrollado con normalidad, contando con el público de las plazas elegidas, como jurado improvisado a los aprendizajes que los alumnos tenían durante la mañana.
Así la plaza San Francisco y el Parque de la Negrita han vivido los acordes de los jóvenes que forman parte este año de la Escuela. Ellos son: Adolfo Marineto, guitarra; Irene Caumel, saxo; Alberto Solana, trompeta; Juan Fernández-Baca, piano; Juan Antonio Herencia, violín; Francisco Vicente Santiago, trompeta; Francisco Bustamante, trombón; Alejandro Parrado, batería; Martín Veredas, guitarra; Alejandro Márquez, batería; Juan Rodescu, contrabajo; Candela Vargas, voz; Eider Aguado, saxo; Jonás Díaz, saxo; Juan María Villa, piano; Lisday Pozo, trombón; Guillermo López, saxo; Antonio Abad, trompeta; Marina Calleja, trombón; María Aguilera, voz y Ángela García, voz.
Un amplio elenco de jóvenes de toda Andalucía que han tenido clases maestras con Juan Ramón Veredas, piano y dirección; Mar Vilaseca, canto jazz; Markus Schneider, contrabajo; Nacho Megina, batería; Yul Ballesteros, guitarra eléctrica; Enrique Oliver, saxofón; Julián Sánchez, trompeta y Joan Codina, trombón. También se ha unido Benny Benack III ofreciendo su amplio conocimiento del jazz.
Actuación central en el Museo de Antequera
La gran actuación de este año llegó en la noche del jueves 20 de julio al patio del Museo Ciudad de Antequera con Benny Benack III que estuvo acompañado por Mar Vilaseca Octet.
El vocalista y trompetista americano se implicó con el Nájera Jazz desde el primer momento, participando incluso en las sesiones al aire libre de los alumnos, a los que ofreció todo su saber en las aulas de la Escuela Municipal de Música.
En su actuación mostró el gran talento artístico que atesora, así como su gran poder con la trompeta y con la voz, que unida a la de Vilaseca dieron un espectáculo serio y a la vez fresco, con muchos tintes latinos y neoyorquinos en su interpretación, aplaudidos por el público asistente.