La música ofrece momentos únicos e irrepetibles que guarda uno en su memoria para siempre. La música aporta instantes que merecen ser contados, narrados, sentidos. La música, en este caso, el flamenco, navegó por Antequera en la tarde de este jueves 7 de marzo para dar el sitio, el lugar merecido a un cantaor que forma parte de su propia historia.
Cambayá Récords presentó un proyecto más que interesante donde homenajeó a la figura de Gabriel Díaz Fernández (1897-1947), al que llamaban ‘Macandé’, uniendo no sólo su aportación al flamenco, sino desgranando su vida gracias a la ilustradora Laura Pérez Vernetti.
En el año 2000 vio la luz la historia de este cantaor a través de los dibujos expresionistas de Laura y el guión de Felipe Hernández Cava. Ahora, veinticuatro años después, este cómic cobró vida en las paredes de Cambayá para mostrar la historia personal de Macandé que a través del flamenco expresó su tristeza y profunda miseria.
Su voz, su cante que se basó en un pregón que realizaba cuando vendía caramelos y su fandango, jamás quedaron registrados de forma sonora. Gracias a Cambayá, cobraron vida, dando color a esa triste existencia que le tocó experimentar en la España de la Posguerra.
El cantaor de Puebla de Cazalla, Raúl Montesinos con el guitarrista Ángel Mata, se encargaron de convertir en realidad su cante y por fin, dar un homenaje tan merecido a un cantaor que dejó su sello en el flamenco para siempre.
Recuerdo merecido a su figura
En el silencio, Raúl Montesinos rompió la oscuridad con el pregón, ese mismo que Mancandé entonó por las calles de Cádiz para vender caramelos a los niños envueltos en estampitas de toreros y futbolistas de la época.
Su voz firme, cargada de intención, ya hizo presagiar que el acto iba a traspasar, calando hondo para conocer a este hombre castigado por las circunstancias y miseria.
Tatiana Blanco se encargó de conducir el acto con una charla amena con Laura Pérez quien destacó este personaje a través de su obra “tiene una vida tristísima, era gitano, era pobre, era enfermo mental en los años 40 en España. Él en sus canciones plasmaba este dolor, esta angustia y lo convertía en una obra de arte”.
“Elegí este tipo de dibujo expresionista porque pensaba que si hubiera hecho un dibujo más suave, más agradable, no habría representado el dolor de Macandé y su tragedia mental. Este tipo de dibujo representa tal cual, sin ponerle azúcar, lo que fue la obra y el sufrimiento de este gran artista flamenco”.
Tras ellas, Raúl Montesinos acompañado a la guitarra por Ángel Mata interpretó el fandango de Macandé en dos versiones, una primera del cantaor Ángel de Álora y una segunda en la versión de Camarón de la Isla.
Muy aplaudida la actuación Montesinos nos confirmó que este proyecto para él está cargado de “ilusión y responsabilidad, fue un cantaor muy peculiar, y todo lo que sea peculiar es interesante. Esto supone un pasito más en mi carrera artística”.
Su voz puso vida, sentimiento a la historia que los cómics muestran, permitiendo comprender esa locura que otorgó a Macandé su cante en el flamenco quedando para siempre en su historia.