Antequera ha celebrado su Festival Literario con la intención clara de establecerlo de forma fija en el calendario cultural de nuestra ciudad cada mes de abril. Se han sentado la bases y con ellas, los criterios a seguir que han funcionado para el año que viene, y para mejorar, aquellos en los que se ha fallado.
El mismo ha acogido a autores del siglo XXI que están en los más alto de las Letras, con un criterio común y fijo, buscar el engrandecimiento de éstas y de paso, llevar a la ciudadanía a un acercamiento a temas de actualidad. Y de paso, convertir la cita en ocio atractivo para todas las edades.
Escritores locales y provinciales tuvieron su hueco para firmar en las distintas casetas establecidas en el Paseo Real, donde se mezclaban editoriales antequeranas, con colectivos malagueños y por supuesto, la presencia local de las librerías Aragón y Descalzas, para completar así un espacio donde encontrar diversas maneras de vivir los libros.
Además, el Museo de la Ciudad de Antequera y la Biblioteca San Zoilo, tuvieron su hueco en estos expositores, con mención especial al último, que ofrecía a los pequeños la oportunidad de dibujar y colorear en un espacio tranquilo y habilitado para ellos, más amplio y cómodo que en otras ocasiones.
Los talleres para los pequeños han sido de gran referencia para todos, desde los de títeres, marcapáginas o cuentacuentos, ya que al ser un espacio familiar, siguen siendo un reclamo para ellos.
Coloquios y encuentros con autores
“Las cosas del campo” de José Antonio Muñoz Rojas ha sido el hilo de conexión que ha permitido seguir un guión a la hora de conversar con distintos autores.
El templete de la música, un espacio muy bonito, pero quizá no tan adecuado para estos encuentros, al crear demasiada distancia entre invitados y público, fue el lugar elegido para estos coloquios coordinados por la gestora cultural Cristina Consuegra.
Manuel Vilas inauguró los mismos poniendo el acento en la importancia de mantener un estilo, un lenguaje, una forma particular de mirar la vida, lo que en ella acontece y lazar puentes de unión entre el ayer y el hoy.
Al día siguiente, Antonio Fontana y su enorme conocimiento de la cultura y los libros abrieron los debates a los que se unió Carlos Javier González y su más que necesaria mirada y lectura con ‘Filosofía de la resistencia’. Dos pesos pesados de la actualidad que con su estilo particular mostraron su saber hacer en las letras, mostrando el camino que deben continuar en la actualidad.
El sábado, José Carlos Ruiz con su libro ‘Incompletos’ amenizó la mañana, para continuar por la tarde con la unión en el escenario de Andrés Neuman y Juan Manuel Gil, dos miradas penetrantes a la actualidad literaria, con todo el sentido necesario hoy día para percibir y crear.
La jornada del domingo 21 nos dejó la voz de Silvia Hidalgo que puso el acento en la realidad, en las relaciones y su literatura que demanda tanta presencia. Ya por la tarde, Santa María acogió una de las citas esenciales de este Festival, el Niño de Elche todo un referente internacional acercándose a la tierra, a la esencia en este caso dando voz a “Las cosas del campo” de Muñoz Rojas. Una cita de conversación y música, de unión de raíces, la propia del artista y de la mirada interna al gran legado que dejó el insigne escritor.
Y cerrando los coloquios, este lunes 22, Pedro J. Plaza cerró unas citas con la mirada puesta en la poesía, la lírica que encierra su ‘Matriz’, el Premio Andalucía de la Crítica 2024.