Este domingo 20 de enero, cumplía 79 años el Cine Torcal de Antequera y el lunes el aniversario de la primera proyección en sus pantallas de la película “El Hombre León”, que precisó cuatro sesiones diarias para responder a la demanda del público.
Hoy, 79 años después, es un drama ver la película de su interior. Los años de la “burbuja económica” llevaron a otro macroproyecto. Se divagó entre un nuevo teatro o reformar el existente, abogando por lo segundo. La Junta de Andalucía y el Ayuntamiento cifraron en 2007 una obra que podría llegar a los ¡7 millones de euros!
De las promesas y anuncios políticos, la última que tenemos constancia es la del 15 de mayo de 2012, cuando el Ayuntamiento, Junta de Andalucía y Diputación Provincial de Málaga, prometen una reforma entre las tres administraciones, por la que inicialmente se transformarían los aseos y camerinos.
250.000 euros se tendrían que invertir, una vez se firmara un convenio entre la Consejería de Cultura que aportaría el 50 por ciento, y la Diputación provincial y el Ayuntamiento de Antequera, un 25 por ciento cada uno.
Pero, 8 meses después, nada de nada, foto y anuncio y como nos dice el alcalde Manuel Barón este jueves 17 de enero: “Si la Junta de Andalucía no se compromete que es la que tiene la mitad del presupuesto, nosotros no podemos por nuestra cuenta”, aludiendo a que luego puede pasar como en La Trinidad, que la Junta sigue sin acometer su parte del convenio.
Barón admite que es una reforma necesaria, pero antes están el Cuartel de la Policía, la piscina de Cartaojal y el Paseo Real, aunque no lo descarta, pero no hay dinero para que el Ayuntamiento lo asuma todo.
Mientras tanto, se repiten escenas como las de Javier Ojeda, que dice siempre que viene de nuevo: “¿Habéis arreglado ya los camerinos del Teatro?”. O los sueños de Kiti Mánver que en un principio abogaba por un nuevo teatro en formar circular.
Pero no, 79 años después, el Teatro se queda pequeño, sólo 400 butacas, y o pronto se agotan las entradas (como en el concierto de Vanesa Martín), o no se pueden traer compañías y artistas de primer orden por el escaso número de asientos.