El realismo moderno marca la obra de Cristóbal Toral, Hijo Predilecto y Medalla de Oro de la ciudad de Antequera, Medalla de Oro de Andalucía y Académico de Honor de la Real Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría y de la Real Academia de Nobles Artes de Antequera. Desde este jueves su nueva exposición “Cartografía de un viaje” se puede visitar la Sala A del Centro de Arte Tomás y Valiente de Fuenlabrada hasta el próximo 26 de octubre, de lunes a domingo de 17 a 21 horas.
En una de las paredes de su última muestra madrileña, se pueden leer estas palabras dedicadas a nuestro ilustre paisano por Mario Vargas Llosa: “Pocos han llegado tan lejos desde unos comienzos tan humildes y difíciles y ninguno ha construido una mitología plástica del éxodo, la partida, el desplazamiento y la mudanza tan rica y tan sugestiva como la que anima sus cuadros”.
La comisaria de la Exposición es María Toral, la hija de Cristóbal y Marisa –que la ha formado para este cargo durante años–, quien ha pretendido y conseguido, que la exposición sea una retrospectiva, al recorrer desde los años setenta, con obras como “Los emigrantes” (1975), hasta “La tierra prometida”, fechada en agosto, una dramática visión inspirada en la valla de Melilla, recogiendo los temas que le han “obsesionado especialmente, como han sido el viaje, el éxodo, la emigración, expresados con esa iconografía que es la maleta”, nos dice Cristóbal Toral. Por este motivo, en la muestra del Centro de Arte Tomás y Valiente de Fuenlabrada no se encuentran ni los bodegones ni los desnudos que también han caracterizado su obra.
El ya famoso cuadro del Rey
“Pasando por Velázquez y los clásicos, he llegado a la más absoluta modernidad, a la más absoluta vanguardia”.
Entre los ensamblajes de maletas que ocupan las grandes paredes se encuentra el ya famoso contenedor “La abdicación del Rey”, obra que “está siendo muy polémica y de la que estoy muy contento”. Para Toral, la obra “es muy potente, muy mía, muy actual. La técnica de haber pintado bien durante muchos años se refleja en ella”.
Algunos consideran que Cristóbal Toral ha sido muy cruel e incluso irreverente, pero él no lo cree así: “No he sido yo el cruel, sino la realidad que es así. Siempre me ha interesado el contenedor porque es una metáfora de la vida. Las cosas hacen su servicio y llega un momento en que están viejas o incómodas y se terminan tirando en el contenedor para comprar otras. Y eso también les pasa a los reyes. El Rey ha hecho su servicio durante muchos años y ha terminado en un contenedor. Estoy seguro de que muchas de sus fotografías que presidían las instituciones han acabado en un contenedor. La realidad es así de dura. No veo motivo alguno para que el monarca o su entorno puedan sentirse ofendidos. Hablo de lo que ocurre con lo que ya no sirve. Le ha sucedido a él y ocurre cada día en todas las profesiones. Ya seas artista, médico o periodista. Pero el Rey me ha caído siempre muy bien; él y la Reina han sido especialmente cariñosos conmigo, pero lo que trato de mostrar es la realidad y ésta es muy dura”.