La Real Feria de Agosto de hace 100 años mostró cómo a los antequeranos les gustaba divertirse, desde los paseos por la mañana, la visita al mercado de ganado, los toros y el punto de encuentro para todos que era el Paseo de Alfonso XIII, nuestro Paseo.
No es de extrañar pues, que ahora en 2023, cien años después el Paseo Real siga siendo nuestro referente, a pesar de que los tiempos han cambiado, de que se ha necesitado de nuevos espacios y de que nada es como entonces. Pero, perenne en el tiempo, aparece el mismo, transformándose y adaptándose y siendo punto de encuentro de antequeranos y forasteros en la Feria.
1923 fue un año complejo para la economía, por lo que por parte de la Comisión de Festejos del Ayuntamiento el programa de la Feria se redujo, a pesar de que a posteriori, tuvieran “superávit”.
Esta situación económica hizo pensar que la Feria pasaría con más pena que gloria, pero finalmente, como suele ocurrir, el público responde, tanto los locales como a los forasteros.
Las fiestas desarrolladas del lunes 20 al jueves 23 contó con sus dianas, conciertos y veladas por la banda de música en el Paseo, así como con la presencia del circo Alegría con el espectáculo “Las tres rosas” y también con otros para los más pequeños.
El mercado de ganado no contó con muchas transacciones “debido sin duda a que el excelente año que han tenido los agricultores no les obliga a la venta y se han mantenido las ofertas con precios altos”. Hubo ventas de mulas serreras, yuntas domadas, mulillos mamones, yuntas de vacas, ganado asnar, de cerda y de cabrío.
El coso taurino estrenó reformas en sus gradas de sombra que se puso de chapado, así como en las barandillas alta y baja, restaurado los palcos, haciéndose retretes y blanqueado toda la plaza. Pero lo más importante, fue la colocación de instalación eléctrica consistente en “nueve arcos voltaicos de gran potencia luminosa, pues arrojan un total de diecinueve mil bujías”.
Esta electricidad que contó la plaza se debió a la novillada nocturna que acogió, la primera de este calibre. Fue el día 22 por la noche de gran acogida con “Torerito de Málaga” y Ramón Corpas en el albero “trabajadores, activos y con muchos deseos de agradar al público que salió satisfecho”.
El día antes, el 21, con toros de López Plata, estuvo Paco Madrid, que fue cogido en el primer toro, y teniendo que lidiar Fausto Barajas el resto “llevando el peso de toda la corrida, sin reservas de ninguna clase, sino con voluntad y deseos de agradar”. Es lo que tenía el tener un cartel con dos diestros…