Esta vez fue el arte de reír, con lo más cotidiano, a 34 grados en una noche de verano en Antequera. La aventura no era fácil, pero cuando Javi Peloches y El Morta se suben al escenario, todo es posible.
Cuando muchos optan por la piscina o la playa, más de quinientos antequeranos lo hicieron por ir al patio consistorial, pese al calor. Pero había que ir a pasar un rato porque allí estaba uno de los nuestros: Javier Vallespín, Javi Peloches, con su otra pareja, El Morta. (La de todos los días estaba en el camerino con su hija, ayudándole en el vestuario).
Para hacer reír, hay que ser actor, y de los buenos. Dicen que parece lo más fácil, pero es todo lo contrario. Por eso tiene doble mérito lo que hicieron estos personajes el jueves por la noche durante más de una hora.
Hubo humor, sí, pero también música, piano, gaita y guitarra. Y hubo su mensaje final con lo de la familia y amigos que están ahí en los buenos y malos momentos. Javi y sus frases del día a día.
Pero vayamos a la obra. El Morta tiene un mal de amores, y su hermana Mortina intenta aliviarle. Aparece “Paquito er Mochano” para animarle y le presenta a María Candela, con su traje de flamenca y gracia andaluza, de la que queda prendado.
Tal es el punto, que se enamora de ella, le regala un ramo de flores e intenta que sea su novia. Es ahí cuando, cómo no, aparecen alusiones locales como el Juanchi, Ana Pastrana, la Castellana, los Pacos o los Curros. Y llega el final, cuando se sincera María Candela, exponiéndole que no quiere hacerle daño y es cuando El Morta muestra su lado más humano. Fue una lección de humor y de amor.