Hace poco, pero ya han pasado 25 años desde que en 1998 nuestra Real Feria de Agosto cumpliera 250 años, y nuestra Plaza de Toros, 150. Con fechas tan redondas, no era de esperar unos festejos flojos, sino todo lo contrario. Y así fue.
Sin ir más lejos, aquella Feria fue la de la vuelta del Arco de Estepa, una obra que tuvo sus disparidad de criterios en el momento, pero como casi todo en esta vida, se olvida en el momento que se ve finalizado todo y la belleza que aporta a la ciudad. Así sucedió y hoy día nos costaría entender y ver esta plaza sin esos imponentes tres arcos que nos dan la bienvenida al llegar desde Sevilla. Eso sólo fue un detalle, pero es que hace 25 años, la Feria fue mucho más…
Del martes 18 al domingo 23 de agosto se desarrollaron unas fiestas que tuvieron desde el primer momento una gran acogida del público, desde el Pregón a la quema de fuegos artificiales.
El patio del Ayuntamiento acogió ese pregón que realizó la bailaora Blanca del Rey, saliéndose de todos los guiones establecidos y dedicando grandes letras a Antequera. Le acompañó como regidora, Isabel Ríos Clavijo, con sus manolas: María Victoria Ortiz, Isabel Vidal Ríos, Pilar Muñoz Blázquez, Victoria Gómez Rodríguez, Julia Mejías Díaz, Paqui Vegas Vegas y Mari Carmen Villalón Artacho.
A su término se inauguró el alumbrado y hubo un gran carrusel. Destacaron de forma importante, para los antequeranos y visitantes, los arcos de luz y bombillas, 50.000 repartidas entre Alameda, Paseo y zona de casetas y cacharritos.
La puesta de largo de la Feria fue buena, pero mejor aún la respuesta del público a las casetas. Vivía Antequera una época dorada para las mismas, especialmente las de mediodía repartidas por el centro de la ciudad y casi todas, encabezadas por cofradías y hermandades de Antequera: Cofradía de Los Estudiantes, en su patio y de Santa Eufemia en los antiguos Almacenes Carmona –entre ambos, sobre todo con el Puntazo, marcaron años dorados en la juventud–.
La Cofradía de Arriba y la de Abajo entre Villodres y calle Diego Ponce, donde también estaba la de Cáritas de San Sebastián; El Rescate montó su caseta en calle Trasierras; Dolores y Consuelo en Plaza Fernández Viagas; Salud y Aguas en calle Tercia; Izquierda Unida en calle Calzada y Rocío en calle Galdopar.
Y todo unido a la fiesta en calle Calzada posteriormente con Madriguera y Manolo Bar poniendo música hasta bien entrada la noche.
De noche las casetas comenzaban a adolecer con más presencia de las de juventud que andaluzas, a pesar de ello, seguían siendo referente para unos y otros. De esta forma estaban la Caseta Municipal de Bar La Herradura, Caseta La Airosa, la de “Arriba”, Mayor Dolor, Peña Er Botío y La Madriguera, que alternaba los dos géneros. Y para la gente joven, PGB, Tikitón, El Aguaero, Chambao y Frentazo.
Actuación estelar de Jarabe de Palo
Aquella feria también tuvo su gran momento con distintas actuaciones, aunque destacaron dos por encima del resto. Navajita Plateá estaban en lo más alto aquel verano y tuvimos la suerte de verlos en directo con un gran elenco de músicos que los acompañaron, calaron muy hondo entre el público.
Y Jarabe de Palo, que el jueves 19, llenó el Paseo Real hasta su misma entrada. Estuvieron quizá más serios en su actuación, pero nadie puede dudar que vinieron a mostrar el repertorio de sus dos primeros discos que los colocaron en lo más alto de las listas de ventas. Muchos seguidores, entre los que me encuentro, todavía vemos a Pau Donés allí en el escenario.
En el Trofeo Ciudad del Torcal entre Antequera y Málaga (0-2), con saque de honor de Matías Prats.
La inauguración de la Puerta de Estepa
El jueves 20 de agosto, festivo local, se procedió a la inauguración de la Puerta de Estepa que corrió a cargo del presidente de la Junta, Manuel Chaves, el alcalde Jesús Romero y el presidente de Unicaja, Braulio Medel. Como anécdota, Chaves y Medel, declinaron el ofrecimiento del alcalde dejando los menesteres a la niña Alejandra Rubio Soto que vestida de antequerana, hizo los honores.
“Durante la noche y durante los días siguientes, fueron infinidad de personas que pasearon por debajo, por el gusto de verlo de cerca y de llevarse recuerdos fotográficos o filmados del momento”. Hoy día, sigue siendo uno de los monumentos de la ciudad más reclamados y fotografiados.
Todo esto sucedió tras la goyesca memorable con Pablo Hermoso de Mendoza, y el mano a mano entre Antoñete y Curro Romero, con tres orejas y dos y rabo, respectivamente para ambos.
Ángel Guerrero en nuestras páginas así lo recogió: “Deliraban los espectadores ante las faenas portentosas de dos ilustres veteranos del Toreo”. Son los recuerdos de la feria de 1998.