domingo 8 septiembre 2024
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La revolución en Antequera se escribe con notas de Blues: su evolución desde 1988

En el inicio de cualquier libro necesitamos un buen enganche para seguir adentrándonos en las páginas y entusiasmarnos con esa historia. Igual ocurre en una serie o película, que sirven en sus primeros minutos una escena que será el hilo conductor en los siguientes minutos de metraje.

La historia que les traemos quizá rompe ese canon de enganche, más bien es un camino realizado con destreza, con ímpetu de juventud y mucho trabajo, aderezado con una visión atrevida de la realidad, dando oportunidades a una música que aquí, en 1988 sonaba poco. Les hablamos de los 34 años del Festival de Blues de Antequera que Antonio Blanco y Antonio Navarro “Navi” nos legan.

Un legado. Sí, es la mejor palabra que define a esta relación que Antequera tiene con su Festival de Blues que nació en 1988 de la mano de estos dos locos atrevidos y que hoy, 34 festivales y 37 años después, dejan en un punto y seguido, para que otros locos jóvenes, igual que ellos entonces, recojan su testigo.

Repasamos la historia del Festival de Blues de Antequera porque a partir del 2025 ya será distinta sin estos dos protagonistas, y nuestra Barbra Tromp junto a ellos, no la podemos dejar atrás. No sabemos si será igual, mejor o peor, pero ésa es otra historia, nunca mejor dicho, que el tiempo lo dirá. Es de recibo, por tanto, que tras tantos años, nos demos cuenta de lo que ha aportado a lo largo de este tiempo, a veces maltrecho y mal reconocido, pero esencial para saber lo que es el blues en España y que ellos, con más ganas que con dinero, arrojaron a nuestra plaza de Toros en una época donde de blues se hablaba poco en esta tierra de El Torcal.

Y es en 1988 sonaba en la radio aquella inolvidable canción de Los Hombres G “Devuélveme a mi chica” o Duncan Dhu, La Unión, Los Inhumanos, No me pises que llevo chanclas, El último de la fila… Lo cierto es que los grupos españoles se inclinaban por el pop y eso sonaba en todas partes. Y en Antequera se coló el Blues. ¿Blues? Pues sí, una música que vino para quedarse más tiempo del que se imaginaban Blanco y “Navi”.

El inicio de 1988 tras descubrir a Tonky
Los círculos se abren y cierran a lo largo de nuestra historia de manera magistral, como magistral fue aquel encuentro que tuvieron con el blues en El Agapo en Madrid.Tras escuchar varios temas e interesarse por ellos, resultó ser la Tonky Blues Band. Y de allí se vinieron para Antequera con la idea de crear este festival. Por cierto si quieren más detalles, el libro de Navi “Treinta años mal contados de Blues en Antequera” los narra todos y lo podrán encontrar a la venta en Santa María estos días.

Retomando aquel flechazo, Tonky llegó a Antequera y con él, desde Sevilla la Caledonia Blues Band, ahora leyendas nacionales. Completaron aquel primer cartel en la Plaza de Toros, Ragtime.

Eso fue un punto importante que se transformó a realidad los tres años siguientes donde volvieron a repetir para seguir en Santa María, un lugar al que irremediablemente, quedaría este Festival ligado para siempre.

La Blues Band de Granada, otra incombustible en el tiempo, apareció en aquellos primeros carteles como los Bluesfalos, Entresuelos y Algeciras Blues Express, otra de las ciudades junto Madrid, Sevilla y Barcelona donde esta música siguió creciendo. Nuestro periódico recoge en 1990 las primeras letras en referencia al mismo, recordando que uno de sus componentes actuó enfermo hasta el extremo de tener que quedarse aquí varios días.

Un impás y regreso con fuerza en 1995
Tres años sin festival, dieron paso a nuevas maneras de verlo, celebrando no sólo una noche, sino tres y en aquella mítica terraza de verano que era el Thelephone junto a la piscina municipal.

A partir de aquí, todo es otra historia. Nuevas aportaciones musicales, con la Tonky Blues Band de nuevo presente y con The New Orleans Jump, Los Bluster’s, Southern Cats –Suzette Moncrief–, y tres pesos pesados del blues: Lito Blues Band, Richard Ray Farrel y Amar Sundy. Nuestras páginas ya recogían las 1.000 personas que se dieron allí cita la última noche. Y aquí, una batallita personal, fue mi primera vez con el Festival a los 16 años y ahí sigo perenne.

Ya iba para arriba, se iba creando afición. Volvieron a repetir en ese espacio en el 96 ya uniendo día previo en el Telephone y lo gordo, que regresaba a Santa María. Y en el 97 más continuación musical, con Jack Smiling Smith como aportación internacional destacada y de nuevo los Southerns Cats. El 98 volvió a repartir días y como destacado del cartel un Joaquín Sánchez que ya no necesita ni presentación y las Hermanas Sister que han repetido varias veces en Antequera. El 99, al filo del nuevo milenio, llegan al cartel artistas reconocidos y un apoyo institucional más, la Junta de Andalucía, lo que le daría un empuje más que esencial en los siguientes años.

El 2000 y toda una revolución en firme
Aquellos años de los noventa sirvieron para poner en firme este club de blues al aire libre que se daba cita cada año en Santa María. Ya se estaba convirtiendo en un clásico, y por ello, había que subir un escalón más.

La banda de la María liderada por Álex O’Doherty fue una auténtica fiesta que se repetiría los siguientes. Se unían nuevos espacios, el patio del hoy MAD de Antequera fue más que un espacio a tener en cuenta.

En aquel inicio del milenio llegó Hook Herrera. Fue una maravilla escucharlo en directo aquella primera noche, para luego repetir en más ediciones. De aquellos años, muchos nombres que ya eran más que destacados y otras incorporaciones al festival como Edu BigHands, Little Boy Kike, Tres Hombres, el siempre eterno Ñaco Goñi, Mingo Balaguer, Bob Kirkpatrick, Ian Parker Band… se iban turnando entre otros muchos para llevar música que ya empezaba a sonar en el centro de la ciudad como prolegómeno en la Plaza de San Francisco.

El 2005 y la primera Cambayá Blues Reunión
13 días de blues, sí 13. El 2005 llega el ciclo Palabras de Blues donde se van uniendo otros registros artísticos y visitando patios de la ciudad, desde el Museo, Ayuntamiento, Biblioteca… Otra manera de entender esta música llegaba y se colaba por variopintos estilos y formas, coloquios, arte –una maravilla ver a Martínez Labrador en momento de creación–, pintura, poemas –Rafael Ballesteros y Justo Moreno, entre los destacados–. Fue un derroche de música en la que permítanme que me quede con Big Joe Turner, un artista grande en una gran plaza como es Santa María.

En lo singular, como tanto les gusta a ellos, llegó a Antequera, la Cambayá Blues Reunión, que ya venía funcionando de años atrás con músicos míticos, pero ¡menuda maravilla de la chistera se sacaron “los primos”! En escena: Raimundo Amador, Mingo Balaguer, Charly Cepeda –que ya con 13 había estado en Antequera– y Lolo Ortega. Aún recuerdo aquellas guitarras juntas en un espectáculo enorme, con una plaza de los Escribanos, donde Pedro Espinosa estuvo a punto de moverse con aquel hervidero de personas. ¡Qué gran noche! Pero es que el 2006 fue impresionante, mezcolanza de estilos. Se escuchó a Jerry Gonzalez, palabras mayores en escena, palabras mayores…

2007 tampoco se quedó atrás. El ciclo Mamá África fue increíble, la auténtica música de raíces, de esencia se coló con distintos países en Antequera completando noche espectaculares que siguieron con el regreso de la originaria Tonky Blues Band, Antonio Serrano y Jorge Pardo, entre otros. 2008 aterrizó con un homenaje tremendo a la voz femenina con Damas del Blues, maravillosas voces de mujeres de largo recorrido y reconocimiento internacional. Arriba en Santa María, una banda legendaria, Soft Machine.

El puente del Blues, algo más que música
Este Festival logró algo más, mucho más. La música mueve el mundo, y no lo decimos por casualidad. En Madagascar y gracias a la labor que realizaban los padres trinitarios y muchos de sus voluntarios, en aquellas poblaciones se puso en marcha la maquinaria parar crear un puente que les permitiera moverse en épocas de crecida del río.

Tras dos años de entradas voluntarias y colaboración, este proyecto Madagascar vio su puente, “El puente del blues” que creció gracias a este Festival y sus seguidores en Antequera. La solidaridad creció y la llevaron a miles de kilómetros de Antequera gracias a ellos.

Era 2009 y los sonidos que salían de este festival. Paul Land, Ronni Baker, Memo Gonzalez, Mike Sanchez, Maggie Bell… fueron las estrellas de un festival con estrella propia.
Y el 2010 fue un antes y un después. No se cabía en Santa María, pero los días previos tampoco. El Festival de Blues había crecido a pasos agigantados y la muestra fue poder escuchar en directo a Gregg Wright, Lou Marini, Michael Burks y James Hunter. Eran lo máximo en ese momento, actualidad del blues pura y dura, y a partir de aquí, una vuelta de tuerca imprevisible.

2011 y la crisis económica
Se volvieron a los orígenes con el batacazo que dio la crisis económica donde los apoyos de grandes instituciones desaparecieron. Aquí, los años granjeados no sólo haciendo el Festival, sino las horas en la producción de discos, dieron sus frutos.

Había que bajar escalones, y se hizo y no pasó nada. El Festival retomó sendas pasadas, las de sus inicios trayendo a músicos, viejos amigos, a los que siempre que se les llamaban, venían. Vinieron años del regreso de Mingo, de Lito, de Lolo Ortega, Los García, Ñaco Goñi, Suzette Moncrief y también de los jóvenes.

2011, 2012, 2013… en adelante fueron sonando y aterrizando en Antequera jóvenes como Aaron Taylor, Kid Carlos, Susan Santos y también el regreso de viejos conocidos: Mike Vernon, Los García, Merche Corisco… Como decimos, el ayer y el futuro unidos, y de ese futuro se han convertido en figuras internacionales. Kid Carlos, uno de ellos.

30 aniversario en 2020 con la pandemia
Precisamente cuando se cumplían las treinta ediciones del Festival, llegó para quedarse una tal covid-19 que rompió todo lo pensado. Se presentó un cartel en distintos patios, con distintos pases, público sentado, con distancia y respeto, como seguiría en 2021 pasando el Festival al patio de Caballos de la Plaza de Toros con el blues del norte de España que siempre ha estado presente.

El 2022 volvió a bailarse, como siempre se ha hecho en este Festival, ¡cuánto se necesitaba! Y a partir de ahí, esencia de viejos amigos que volvían al cartel y otros nuevos para completar ese año y el 2023.

Hasta aquí este intenso repaso a la historia de un Festival que siempre ha tenido nombre propio. Ahora toca recoger los cables, guardar amplificadores, apagar luces y mesa de sonido. Empieza otra época, otro festival sin Antonio Blanco, “Navi” ni Barbra, pero esa será la historia de 2025. Hasta entonces disfrutemos para decir eso de “la última y nos vamos”.

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