Luis Astolfi es historia viva de la Hípica en España. Con cuatro olimpiadas a sus espaldas y un palmarés envidiable, ha contribuido a la promoción de este deporte en nuestro país.
El veterano jinete (Sevilla, 19 de abril de 1959), ha vivido toda su vida junto a un caballo. Testigo de los antiguos Concursos Nacionales de Hípica que se celebraban en el viejo campo de fútbol, hoy estadio Ciudad de Antequera, o en la Plaza de Toros, ha vivido su renacer en un flamante Club Hípico para el que no repara en elogios.
“Han hecho una hípica muy buena, las cosas como son y cuando las cosas se hacen bien hay que decirlo. Están las cuadras y las pistas muy bien, todo cerca, con un ambiente buenísimo, y creo que va a ser muy positivo para la ciudad de Antequera porque es una instalación deportiva donde seguro que van a salir gente destacada”, expone.
“Era la primera vez que iba a Antequera después de muchísimos años y me ha sorprendido para bien”, señalando que una lesión que viene padeciendo desde el pasado año le ha privado de participar, aunque acudía preparando a una jinete ucraniana que tiene como objetivo competir en los próximos Juegos Olímpicos, algo de lo que sabe, y mucho. No obstante, el nombre de Luis Astolfi sí que ha estado presente en la pista, en este caso representado por su hijo Luis Astolfi Florez.
“Que se hayan recuperado el concurso es una gran noticia, pero lo que mejor veo es que se hayan eso esas instalaciones para que se formen los chavales”, alaba para insistir en que “está hecho con muy buena cabeza y todo muy agradable”.
Sobre sus recuerdos de los antiguos concursos de Antequera, indica que “antes todo era improvisado, y ahora se cuenta con unas instalaciones fijas y la organización es mucho más profesional”. Habilitar un campo de fútbol o una plaza de toros “hoy en día sería impensable, porque en un terreno más duro se lesionan más los caballos”.
Las actuales instalaciones de Los Quintos “pueden estar perfectamente al nivel de las mejores de toda Andalucía, como las del Club Pineda de Sevilla, Sotogrande, Estepona o Granada”. En este sentido, destaca que “por su situación geográfica, Antequera está cerca de todas ellas y les va a ayudar a crecer”.
Experiencia olímpica en cuatro ocasiones
Ahora que acabamos de terminar los Juegos Olímpicos de Tokio, Astolfi rememora sus cuatro participaciones que considera “la culminación de un trabajo realizado, porque ya llegar es un gran sacrificio y un premio. Ese tipo de competiciones te ayuda a aprender mucho, y da visibilidad a la hípica, que muchas veces no tiene la presencia que merecería en los medios de comunicación. Uno sabe de fútbol porque te lo meten todos los días en el telediario, pero de hípica parece que solo se habla cuando llegan unas olimpiadas”.
Los Ángeles, Seúl, Barcelona y Sydney han sido las experiencias olímpicas de un Luis Astolfi. “A Los Ángeles llegué muy bien y fui décimo en individual y sexto por equipos, a Seúl me llegó el caballo enfermo y fue la cosa peor, en Barcelona nos quedamos cuartos por equipo y a punto de conseguir medalla a pesar de haber tenido un accidente de coche un par de meses antes, y a Sydney fui con un caballo nuevo por la lesión de un compañero”, resume su paso por los juegos.
“Lo de Barcelona fue espectacular, la mejor sin duda, y donde se demostró que cuando las cosas se hacen bien y con tiempo el éxito está asegurado. Se preparó todo a mucha conciencia”, por lo que Luis Astolfi guarda un inmejorable recuerdo de las únicas Olimpiadas celebradas hasta la fecha en España.
Pero sus éxitos no se limitan a concursos nacionales o a sus participaciones olímpicas. “Este deporte me ha abierto muchas puertas a conocer mundo”, desde que antes de cumplir los 18 años ya tuviera claro que su futuro estaría relacionado con el mundo del caballo.
El abogado sevillano, aunque nunca ha ejercido su carrera en Derecho al estar dedicado profesionalmente al mundo del caballo desde 1983, ya obtuvo importantes triunfos en concursos universitarios llegando a ganar el bronce en el Campeonato de Europa de 1979 y en el subcampeonato en los Mundiales de París en 1980 y 1982.
Con toda esa experiencia a sus espaldas, se permite transmitir un consejo a los organizadores del Concurso Nacional de Saltos de Antequera para que siga con la senda triunfal reiniciada este pasado mes de julio y pueda seguir evolucionando: “Yo creo que una cosa fundamental es no dejar de hacer competiciones, aunque sean pequeñas o a nivel interno, pero lo importante como en todo en la vida es que haya movimiento. El movimiento es lo que hace que las cosas funciones. Así, ya veréis como en unos años, quizá siente u ocho porque estas cosas requieren su tiempo, veremos a antequeranos compitiendo a muy buen nivel en todos los concursos”.
Además, iniciativas como ésta contribuyen a acercar el deporte de la hípica al pueblo, alejándole de la imagen elitista que se le pueda dar: “Para mí lo elitista es salir todas las noches y gastarse treinta o cuarenta euros en copas. Eso sí que es caro, en cambio mantener un caballo en Antequera debe suponer gastarte unos 300 euros al mes, diez euros al día comido y todo, que al final es más barato y crea unos hábitos saludables”.