Está claro que la saga de Fast and Furious se ha ido “adecentando”. Pero esas escenas de carreras, esos planos de glúteos sin venir a cuento… todo aquello seguía apareciendo de vez en cuando. Sí, había una voluntad de ir lavando la cara, pero esa reivindicación de lo hortera en los personajes, el rancio discurso de “familia” de grupillo mafioso, de reivindicación del barrio… estaba en su ADN. Lo peor es que, por mucha ambición en las escenas de acción increíble y el tono más ligero, había un poso de querer tomarse en serio esa filosofía. Y bueno, los guiones eran propios de cine para vídeo.
Desde luego, la idea de tener una franquicia ‘Misión Imposible’ de tipos malos, pues, por alguna parte, seguía pareciendo buena idea, por lo que, si ya en la entrega anterior tenía la receta ganadora, tenía que acabar saliendo a flote en alguna entrega. Bien, parece que ha llegado el momento en el que la saga ha roto el cordón umbilical con sus raíces canis (algo queda en la, por otra parte trepidante, secuencia inicial) y no hay peros ya para que escépticos como el que firma puedan dar un paso adelante, cruzar la línea y decir “Sí, Fast 8 es una buena peli”.
Mejoran el tratamiento de personajes y la presencia de humor constante, lleno de diálogos y one liners que funcionan, y en general, todos los puntos positivos sobre el resto de episodios de ‘Fast & Furious’ se deben, básicamente, a que en esta ocasión parece que ha habido algo más de mimo en el guion de lo acostumbrado. No solo en diálogos sino en cohesión de las escenas y un foco común para las set pieces. Ayuda un villano con la cara de Charlize Theron, pese a que su objetivo esté desdibujado, y no tenga escenas físicas, su modus operandi es más convincente.
La manera en la que todos sus puntos de fuga confluyen y encajan, dan relevancia y peso al fantástico clímax, atolondrado y chistoso, pero que podría más bien pertenecer a una digna secuela de ‘La Jungla de Cristal’ y eso, familia o no, es jugar en otra división.
Con Dom y Letty de luna de miel, Brian y Mia fuera del juego y el resto de la pandilla exonerada de todo cargo, el equipo está instalado en una vida aparentemente normal. Pero cuando una misteriosa mujer (Theron) seduce a Dom (Diesel) para regresar nuevamente al mundo del crimen, se ve incapaz de rechazar la oportunidad, traicionando así a todo el mundo cercano a él. A partir de ese momento todos se enfrentarán a pruebas como nunca antes habían tenido. Desde las costas de Cuba y las calles de Nueva York hasta las llanuras del mar de Barents en el océano Ártico, nuestra fuerza de élite recorrerá el globo para impedir que un anarquista desencadene el caos en el mundo… y por supuesto para traer de vuelta a casa al hombre que les hizo una familia.

Películas todas en formato digital.
Precio de la entrada: 6,50 euros. Los sábados, domingos, vísperas y festivos.
Lunes, jueves y viernes (excepto películas Warner): 5,50 euros.
Día del espectador: 4 euros (excepto películas Warner).
Esta programación puede estar sujeta a cambios.