Resident Evil: El Capítulo Final, es realmente su último episodio. La franquicia cinematográfica más exitosa en esto de las adaptaciones de videojuegos cierra sus puertas con una sexta entrega centrada en cerrar el círculo, volver a los orígenes que dieron paso a una historia alternativa y alejada de la de los títulos de Capcom y tratar de satisfacer al usuario con un cierre correcto, sin florituras.
Para ello, lo primero se ha hecho con Resident Evil: El Capítulo Final es quitarse piedras de la mochila. A lo largo de las cinco entregas se han ido enrevesando las tramas, se han ido añadiendo personajes de los videojuegos metidos con calzador a modo de fanservice y otros exclusivos de las películas que rara vez han tenido relevancia. Ahora, en cierta medida, se deshace de todo ese lastre que heredó de entregas anteriores que habían perdido el norte.
A grandes rasgos, y sin revelar nada más allá de la propia sinopsis, Resident Evil: El Capítulo Final sigue la historia donde lo dejó Resident Evil: Venganza, pero con Alice como único hilo conductor entre la quinta y sexta entrega.
Alice (Milla Jovovich) es una de las últimas supervivientes del gran apocalipsis que vive la humanidad desde la primera expansión del Virus T, que ha supuesto enfrentarse a hordas de muertos vivientes. Nos encontramos inmediatamente después de los acontecimientos ocurridos en Resident Evil: Venganza (2012).
Tras la traición sufrida a su llegada a Washington DC a manos de Albert Wesker (Shawn Roberts), Alice tendrá que volver a Racoon City, es decir, al punto en el que se inició la expansión de este mortífero virus. Allí, la Corporación Umbrella está reuniendo fuerzas antes del ataque final a los últimos supervivientes del apocalipsis.
Películas todas en formato digital.
Precio de la entrada: 6,50 euros. Los sábados, domingos, vísperas y festivos.
Lunes, jueves y viernes (excepto películas Warner): 5,50 euros.
Día del espectador: 4 euros (excepto películas Warner).
Esta programación puede estar sujeta a cambios.
