Sigue el año de regresos. Esta vez de la feria taurina a la Real Feria de Agosto, tras un 2020 y 2021 sin toros en agosto. Y lo hacía a lo grande, con un cartel romántico, en el que Fortes regresaba tras sus aparatosa cogida la semana pasada en Málaga, El Cordobés supo levantar los aplausos con su forma de torear y Javier Conde regresaba con su duende de genio torero.
Presidía Francisco Fernández, quien en el primero de Manuel Díaz aguantó la segunda oreja tras insistencia de los tendidos. Bien tras unos días complicados por el tema del ganado en el que se quedaron fuera los toros anunciados de Manuel Blázquez. Asistido por Francisco López y Juan Carlos Olmedo en lo veterinario. En el callejón, Jose García Artacho.
En cuanto a la ganadería, desigual presencia de los toros, siendo el primero de Capea devuelto por cojera trasera, siendo los mejores los de La Puerta que además, le tocaron en suerte a Fortes. Al sexto, “Zíngaro”, se le dio la vuelta al ruedo.
Manuel Díaz “El Cordobés, de blanco y azabache; estocada (dos orejas); pinchazo y estocada (oreja). Javier Conde, de amaranto y azabache y chaquetilla negra; tres pinchazos y descabello (silencio); pinchazo y media estocada (aplausos). Jiménez Fortes, buganvilla y azabache; estocada (dos orejas); estocada y descabello (oreja).
Media entrada con 32 grados y ligero retraso de 15 minutos. Se guardaba un minuto de silencio en el inicio por la reciente muerte de los aficionados Joaquín Rodríguez del «Niño del Reloj» y de Roberto Arévalo. Pusieron los pasodobles la Banda de Música Vera Cruz de Almogía.
El Cordobés levantó al público
Comenzó Manuel Díaz recibiendo al primero de la tarde, que era el sobrero “Presumido” con varias verónicas con el capote sin conseguir ligar una tanda completa. Brindó el toro al público para comenzar con la muleta por la izquierda probando a su adversario. Derechazos y naturales fueron cuajando con un toro que fue de más a menos en el temple y seriedad.
Alargó una faena que en recta final fue más acalorada y despechada, con sendos desplantes y salto de la rana incluidos.Mató de una estocada certera que le valió las dos orejas.
Trabajo a base de paciencia para su segundo, al que pegado a las tablas le sacó una buena tanda de verónicas. La res fue aflojando posteriormente en la faena. Pero el torero se dispuso a sacar el máximo de él. Arriesgó y mostró todo lo que tenía para poder sacar el máximo de “Esperado”. Mató de una estocada perfecta al tercer intento. Tras pedirlo los tendidos, logró una oreja.
El regreso de Javier Conde
Javier Conde tuvo que enfrentarse a un adversario complicado que no le permitió lucirse. Con el capote logró realizarle varias verónicas de belleza, pero sin rematarlas. El toro aflojó en fuerza y tuvo que intentar ligar una corrida con un rival que no le ayudó.
A pesar de ello, varios pases de ortodoxia levantaron los olés en una faena que se fue desdibujando. Tres pinchazos y al final el descabello. Silencio.Subió el listón en el quinto impuesto por sus compañeros de terna.
Bien es cierto que no le tocó el lote más destacado de la tarde, pero tiró de oficio para llevárselo a los medios con la muleta y evocar ese gran toreo que lleva dentro. En su búsqueda de los trofeos a la hora de matar pinchó y en un nuevo intento de media estocada, mató a su rival. Aplausos.
Ovación antes de empezar Fortes
El primero de Fortes le brindó la ovación del público tras estar en Antequera pese al percance de días antes en Málaga. Con el capote estuvo serio enlazando varias verónicas de bella estampa, pero sin remate.
Con la muleta, tras brindar el toro a los tendidos, estuvo brillante, mostrando su capacidad de esperar al toro y prepararlo para una gran faena. Con derechazos, naturales y con la izquierda convenció al respetable. Se gustó por abajo, con pies firmes en la arena y mirada seria sobre su adversario al que mató de una buena estocada que le valió una gran ovación y las dos orejas.
Se gustó con el capote en el último de la tarde, hasta el punto de hacerle un quite por chicuelinas antes de las banderillas. Fue sin duda el más acertado con el capote en toda la goyesca en el que sería el mejor toro de sus hermanos y compañeros, unos de Capea y otros de Dávila.Con la faena ratificó este hecho, aprovechando para hacer una faena de bandera y temple con pases inmortales para un torero que en Antequera se crece siempre. Estocada y descabello. Una oreja tras petición y vuelta al ruedo al toro.
Antes de salir a hombros por la Puerta Grande, recibió de manos del alcalde Manolo Barón y el presidente de la Peña Taurina Los Cabales, Juan Herrera, el trofeo al mejor de la Goyesca.