Cogió un equipo de la nada que se ha convertido en uno de los destacados de la historia del Balonmano Femenino de Antequera. Javi Porras lideró a unas chicas que auguran un futuro alentador para la sección femenina del Balonmano Tierra de Maestros Los Dólmenes. Conocemos a este joven entrenador que confiesa que siempre soñó con entrenar, aunque nunca pensó que sería en el Balonmano.
Conocida por todos es la historia del conjunto alevín femenino del Balonmano Tierra de Maestros Antequera Los Dólmenes. Ese grupo de chicas se auparon hasta la cuarta posición de la región andaluza tras realizar un Cadeba espectacular, una clasificación nunca antes vista en un equipo femenino antequerano, un hito histórico.
Ese equipo ha sido liderado por el entrenador antequerano Javi Porras, secundado por su primo y jugador juvenil Antonio Ibáñez. Los inicios en los banquillos de Porras se dieron hace dos años como ayudante, junto al jugador Isaac García, de la entrenadora Ana Soler: “Fue un año muy bonito porque aprendí muchísimo de dos personas que han vivido el balonmano desde que nacieron”.
Tras esa primera experiencia cogió la dirección de las alevines: “Siempre tuve claro, desde chico, que quería entrenar, pero nunca pensé que fuera a ser en el Balonmano. Siempre he sido muy seguidor de este deporte, pero fue cuando comenzó mi primo Antonio, y luego su hermano Dani, a jugar cuando me enamoré del deporte base del Balonmano. Les seguía con la intención de saber cómo podrían mejorar, y eso me dio el impulso a sacarme el título de entrenador”.
La aventura con las alevines comienza de una manera algo peculiar, ya que el equipo no estaba completo, pero Javi tiró de valentía y se atrevió con el reto: “Chispi me llamó para ofrecerme quedarme con el equipo alevín. Arrancamos con sólo seis niñas, pero poco a poco fueron llegando amigas de estas seis que quedaban y fuimos completando el equipo”.
De menos a más, las chicas fueron creciendo: “Ha sido un proceso largo, en el cual creo que ha sido clave que las más ‘veteranas’ tiraban de las nuevas hasta llegar a un equilibrio en el cual todas alcanzaron un nivel que nos permitió ir evolucionando y creciendo hasta llegar donde están actualmente. Ellas mismas lo dicen, que son como una gran familia. No han faltado a ni un entrenamiento, con una sonrisa, eso me facilita el trabajo”:
Como momento clave: “El punto de inflexión de este equipo fue cuando se le ganó a Puertosol en su casa. A partir de ahí empezaron a creer que cualquier cosa era posible. Después evidentemente, los dos fines de semana vividos tanto el de Sevilla como el de Almería con el Cadeba. Ha sido una gran comunión entre jugadoras, familias y entrenadores. La final se escapó por poco, pero creo que estás niñas ya han sembrado la semilla que recogerán en un futuro no muy lejano”.
Un entrenador al que admira
El espejo de Porras como entrenador es el gran Agustín Rodríguez, entrenador suyo de Baloncesto y familiar. “Me enseñó a competir e intentar sacar lo mejor de un equipo”. Destaca a los hermanos Ortiz en el Balonmano y mirando al futuro, señala: “Quiero seguir creciendo con las niñas, pero me gustaría entrenar a una selección provincial algún día”.