Mucha gente se preguntaba: ¿por qué jugamos en el Campo de césped artificial, pequeño, incómodo a más no poder? «El Maulí» estaba impracticable, así que lo natural hubiera sido pedir la suspensión o aplazamiento del partido. Hay muchas ilusiones y mucho dinero en juego por parte de la directiva como para andar con probaturas. Si el Antequera hubiera sido aquél que se ganó el ascenso a Segunda B, hubiéramos aplaudido la decisión con los ojos cerrados… Aquél equipo, tenía un Goyo que ponía el balón en la raya del área contraria y la defensa adelantada permitía a los «medios» ser delanteros más; los extremos, no paraban de crear peligro, de ahí que el Antequera temido por su juego en aquel campo… Pero el domingo, a pesar de contar con un gran entrenador, con jugadores muy técnicos, que necesitan espacio y césped natural, la cosa cambia, y el Antequera se asfixió en un campo de reducidas dimensiones y césped artificial, lo que aunque afectaba a los dos equipos notaron más los locales, más técnicos, repetimos, y hechos a campo más grandes. El Alhaurino salió abierto y tuvo la fortuna de marcar en el minuto 14, cuando Ángel remataba una falta sacada por Pablo. El Antequera aprieta un poco, pero deja un solo punta, por aquellos cinco que tenía el equipo de Monreal o Martín Doblado, punta que se tiene que ver con los cuatro defensas del equipo visitante, de ahí que se dejara la piel, pero sin resultado positivo. El dominio es nivelado, y en el minuto 43, el defensa Osuna que había salido en una jugada con Juanmi, remata imparable un pase de éste.
Se esperaba que en la segunda parte la cosa mejorara por parte local, pero no fue así; los jugadores parecía que no sabían dónde situarse y, desde luego no se hicieron a jugar en un campo tan chico, lo que el Alhaurino aprovechó para crear ocasiones de gol, aunque menos numerosas que las que, casi siempre en jugadas personales o lanzamientos de faltas, tuvieron los locales.
El el entrenador del
Antequera, Óscar Mena, no pierde la esperanza
«Ha sido un partido muy ‘jodido’ por el resultado, por las ocasiones y por los puntos perdidos, que nos han evitado las ilusiones que teníamos, y que tenemos, por estar más arriba, que nos ha hecho recortar nuestras ilusiones. El cambio de campo no nos ha beneficiado y a los jugadores no se les puede reprochar nada, porque se dejaron la vida. Estoy contento por cómo se entregaron aunque disgustado por el resultado. Está todo muy parejo, muy difícil, muy complicado… pero nos mantenemos con ilusión: hace cinco partidos que no perdemos y estamos a cinco puntos del cuarto. Panorama complicado pero mantengo la ilusión de que podemos y daremos la cara el domingo que viene. ¿El campo? Consulté con los jugadores y estaban conmigo. Yo quiero jugar en mi casa… pero no mejoró el césped en la semana, así que… Pero tampoco hay que echar la culpa al campo, el partido no se ganó porque no tuvimos arrestos para ganarlo. Faltó un poco más de fondo físico para llegar a los últimos metros, ante un equipo que corre, que lucha, y quizás nos pese el querer llegar arriba. En el vestuario stán todos muertos, pero estoy seguro de que resucitaremos, por ejemplo jugando en Baza.»