El Antequera luchó a tope, pero sólo se trajo un empate de Armilla. El presidente del Antequera nos decía, inmediatamente después del partido jugado esta mañana un expresivo «Nos tocar rezar a ver si esta tarde…», que lo dice todo.
Porque antes, nos dijo que el Antequera había jugado a tope, incluso que en el último minuto John tuvo el triunfo en sus botas, pero no pudo, y en ese no pudo, se resume lo que ha sido la temporada del Antequera, donde nadie niega ni la voluntad de la directiva, ni los esfuerzos del entrenador, ni la entrega del equipo… sólo que, como ocurrió hoy, el Antequera lo usa como más no es posible, pero no puede, no sabe, por mucho que quiera. Nuestro equipo es ideal para un campeonato de juveniles u otra categoría similar, pero no puede con equipos que sin ser nada del otro mundo, tienen gente veterana, con muchas horas en la categoría o, mejor aún, con esos equipos que mezclan juventud con veterania y saben compensar la fuerza e ilusión de unos, con el saber posicionarse, el saber estar de los otros. Así, si se puede, pero confiar en una mayoría joven que, por ley natural, «no puede» con los equipos veteranos, está claro que no es posible.
Y todo se resume en que todos hacen lo que pueden, pero desde hace muchas jornadas hubo que intentar algo más, buscando cesiones, o sabiendo buscarlas, como han hecho otros equipos, no ya en Málaga que no nos va a dar nada, sino en Sevilla, en Granada, donde puede haber algún joven con clase a quien interese foguearse en esta categoría… No se pudo hacer, y a la vista está, otra vez en una jornada horrible para nuestro Deporte de Élite –Balonmano y Fútbol–, que la juventd apunta un futuro muy bueno, pero lo que nos interesa más es el presente, y ése, más negativo no puede ser. Los demás equipos en peligro se matan, como hizo el Huesca en Balonmano ayer; nosotros eso soñamos haberlo hecho otros años; éste ni en Balonmano ni en Futbol somos capaces, así que habrá que hacer lo que dice el Presidente, rezar, esperar un milagro.
