Será uno de los jugadores que se recuerden de la época de Aybar. Mauro Cabello comunicaba este lunes que se iba del Antequera “entre lágrimas, triste, pero amando a este club y a esta ciudad”.
El Antequera respondía en las redes sociales: “Mauro Cabello y el Antequera separan sus caminos tras no aceptar la oferta de renovación del club. ¡Gracias por todo, capi!”.
Al día siguiente, por videollamada le entrevistábamos comenzando exponiéndole el motivo de su adiós: “Ha sido una decisión dura cuando se lo comuniqué al club, se sorprendieron, pero se lo esperaban”.
Tras seis años “te podría dar motivos, pero no los voy a hacer públicos. Es una decisión que tomo yo. Se me ofreció la renovación, pero decido no continuar. El porqué lo saben ellos y lo sé yo. No hay rencor y no quiero hablar mal de nadie. Me voy como vine, como uno más”.
Se percibe que la relación no ha terminado como esperaba, al menos con la Directiva. El tuit le dolió: “Ellos no tienen nada que reprocharme, a mí me sorprendió ese pequeño palo que recalcaban que no aceptaba la renovación. Esperaba otro tipo de despedida”.
Al realizar la entrevista nos exponía: “En privado, aún no he recibido ningún mensaje del señor presidente, solo de Mendoza que me ha deseado suerte. En seis años, algo bueno habré hecho. Me sorprende”.
Su marcha la decide “en los últimos días. Como equipo, teníamos una deuda pendiente con el club y con la ciudad de ascender”. Reconoce que hubo “mucho ruido antes” de la eliminatorias de ascenso.
Coco le puso en contacto con Paco Lara
Mauro empezó su relación con el Antequera “mediante Coco, que me dice que el Antequera va a hacer un proyecto de futuro y hablé con Paco Lara que era el director deportivo”.
Recuerda con nostalgia su primer partido con el Antequera, un amistoso ante el Campillos. Luego comenzaron los partidos oficiales y las eliminatorias donde no pudieron ascender: “Subir de categoría cuesta mucho, quizá nos faltó la fortuna en los partidos clave” y ahora, se ha conseguido con la reforma de la Segunda B.
Valora el estilo de Aybar: “Hemos jugado haciendo disfrutar al público y a los jugadores, lo que creo que pocos equipos de Tercera hayan conseguido. Hemos puesto a Antequera en el mapa por esa forma de jugar, lo que nos llena de orgullo. Sé que el míster quería que el equipo jugara así”.
Aybar es un referente para él: “Me ha aportado de todo. Futbolísticamente, gracias a todos, al jugar en diferentes posiciones, a desenvolverme como capitán” le ha hecho crecer.
Se va con mucha experiencia en sus botas: “Llegué con 19 años, era un niño, no sabía nada de la vida, y aquí he crecido”, destaca tras seis temporadas. En ellas ha tenido de todo: una lesión larga, discusiones, alegrías. “Nuestra relación es de confianza pura. Al ser capitán, he hablado mucho con él (con Aybar). Su manera de entrenar y de entender el juego, con esa manera particular de hablar con los futbolistas”.
Ser capitán del Antequera
Mauro ha llevado el brazalete de capitán que ahora llevará un nuevo jugador: “Creo que la función de capitán es complicada. Reconozco que me he podido equivocar, nunca lo había hecho antes, pero creo que lo he llevado bien”. Tuvo en Tete, Coco y Dani Torres, sus precursores.
Entiende que el hablar en nombre de todo el equipo le ha podido repercutir personalmente y haya sido motivo de su salida. “Me ha perjudicado mucho hablar con la directiva. Los capitanes tenemos que dar la cara, y esas relaciones se han visto más desgastadas”.
Insistimos si su misión de defender al equipo con la Directiva ha podido ser base de su salida: “Sí, puede ser uno de los motivos”. Todo en un complicado año donde se respiraba un distanciamiento. “Algo que nosotros no tenemos nada en contra de la Directiva, buscamos las mejores condiciones y este año no han sido así. Defendíamos la plantilla y mi imagen se ha deteriorado”.
Todo en una categoría donde no ganan más que para su día a día. “Nosotros estamos aquí por pasión por el fútbol. Si hacemos un trabajo, se nos tiene que recompensar de alguna manera, pero no te da para pensar en el día de mañana”. Tienen con lo que ganan “para el día a día, pero nada más. Hay quien lo compagina con estudios y otro trabajo. No todos podemos llegar a Segunda o Primera”, lamenta.
Mauro es de los jugadores que ha estado los seis años viviendo en Antequera junto a otros compañeros en un piso que el Club les brinda. Así, le gustaba aprovechar el tiempo y conocer la ciudad. “Irme por la mañana al Parque Atalaya a andar, me gustaba conocer a mucha gente”.
En esta campaña, le hemos visto pletórico cuando celebraba un gol y se dirigía a la grada. “Metía pocos goles, pero cuando los conseguía… ¡había que celebrarlos!”.
A pesar de ser un público exigente, reconoce que siempre se ha sentido querido: “Desde el primer día he sentido un cariño increíble. Lo mínimo que podía hacer es dejarlo todo en el campo. Se valora esa entrega que por mi parte no ha faltado nunca”.
El brazalete que besa en la fotografía que ilustra esta entrevista “se lo di a Antonio Pascual, quien se lo regaló al club y yo se lo di porque creo que es uno de los que más sufre y se alegra como aficionado”.
Ahora, le espera de nuevo Aybar en su nuevo equipo del Mancha Real: “Tengo buena relación con él y existió la posibilidad de irme y estoy muy contento, llegar a un sitio nuevo, conocer a gente nueva”.
En Antequera deja a compañeros que son amigos. “Cualquiera con los que he jugado… Sergio, Rafa…”. De la ciudad que ha sido su casa tendrá en falta muchas cosas como “los molletitos de Malabar, ¡me comía ocho…!”. De su etapa destaca que “lo hemos jugado todo; fue una pena la eliminatoria de la Copa del Rey que no seguimos”, y le hubiera gustado “jugar en Segunda B con el Antequera”.
El mejor partido: “Hay muchos, el más reciente con el Almería B, que fue un partido increíble”. El mejor gol: “Han sido importantes, en el último minuto alguno. Tras la lesión, con el Huétor Vega, equipo con el que me lesioné”.
Al próximo capitán verdiblanco le aconseja: “Que su comportamiento y valores dentro y fuera del campo, representan a los jugadores y que sientan el escudo y el club”. Se marcha el capitán del último ascenso.