El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, proponía a los andaluces, que en el pasado 28 de febrero, Día de Andalucía, se pusiera de manifiesto lo que significa y ha significado la Autonomía para esta tierra, al tiempo que se mostraba partidario de que en el Parlamento se aborden debates e iniciativas que traten de poner en valor el actual Estado autonómico y fortalecer la autonomía andaluza.
El Presidente se mostró seguro de que la viabilidad financiera del Estado de las Autonomías «está fuera de todo debate», y agregó que, son «de gran importancia reuniones entre comunidades para solucionar problemas que son comunes con decisiones que puedan ser compartidas. Por ejemplo, fortalecer la unidad de mercado en España y que haya una cierta fórmula de cooperación para que cualquier empresario que quiera invertir sepa que los requisitos que va a tener en una u otra comunidad van a ser los mismos». Con ello, sale al paso de las pretensiones de la Generalidad de conceder condiciones especiales que podrían inclinar a los industriales a instalarse allí, como lo podrían hacer, por ofrecer ciertas ventajas, en el País Vasco. Griñán, de esta forma, reclama un «café para todos», sin distinciones ni prebendas para esas comunidades, pagadas por «toda España», y no por dichas Comunidades.
El Presidente de la Junta, estimaba que en 2010 se llevó a cabo un ejercicio enormemente positivo en lo que se refiere al desarrollo estatutario, con unas 14 iniciativas tendentes a consolidar el modelo y a desarrollar el marco del Estatuto, refiriéndose, especialmente, a las leyes locales de Autonomía Local y de participación de los entes locales en los tributos de la Comunidad, vieja aspiración de los Ayuntamientos, destacando que ahora toca a las autonomías marcar el comienzo de lo que es la importancia de lo local y lo municipal y la atribución estricta de competencias, con financiación.
Hasta aquí el mensaje «institucional» del Presidente andaluz, pero habría que añadir que es imprescindible el esfuerzo de cada uno de nosotros, de cada andaluz, no sólo de pedir a nuestras autoridades que actúen, sino de hacerlo cada cual, de valorar lo nuestro, de poner cada de nuestra parte, pero de verdad, todo lo necesario para lograrlo, vía productividad, vía creación de puestos de trabajo, vía que las entidades financieras cumplan su cometido que no es ganar dinero a espuertas, sino servir a la Comunidad.
En cuanto a esos deseos de Griñán, lo que hace falta es que el Gobierno Central le oiga y ponga en práctica algo que es base de la Constitución, que todos los españoles somos iguales. Amén.