viernes 22 noviembre 2024
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A esa persona que comienza la lucha contra el cáncer

Este martes 19 de octubre se celebró el Día del Cáncer de Mama. Medios de comunicación y redes sociales se inundaron de lazos rosas y mensajes de apoyo. ¿Pero y el resto del año? Confiamos en que el cáncer llegue a ser una enfermedad común sin el porcentaje de mortalidad que tiene y que se avance en su investigación como creemos que podría alcanzarse.

Mientras tanto, un recuerdo para quienes lucharon, pero sobre todo para quienes empiezan la lucha. En cualquier momento, puede comenzar esa batalla en el momento más inesperado. Desde la abuela que en soledad espera el final, al padre que es referente en su familia, la joven que tiene en su vientre la esperanza de una nueva vida o el niño que ve en el cáncer el día a día de su futuro.

Todos ellos se repiten día tras día, sin esperarlo, ya que suele aparecer con un malestar, un dolor de cabeza, un cambio de temperamento, un mareo… que lleva al médico y de ahí a las numerosas pruebas. 

A todas las personas de quienes dependen que se aumente el presupuesto de investigación, de dotar de servicio oncológicos a los hospitales comarcales o de mejorar la atención primaria, estamos seguros que no caen en las situaciones que se repiten más de la cuenta.

El cáncer, como es ya algo asumido de nuestro día a día, no es noticia como el volcán de la Palma, ni tan tenido en cuenta como la pandemia que dicen estamos superando. El cáncer sigue creciendo, lentamente como la colada de un volcán, pero sin contagiarse como la COVID-19.

Cada día pone en alerta a una persona, a una familia, a un grupo de amigos, que conocen que esa jovial profesional, ese familiar, esa pariente, este hombre mayor, se enfrenta a un futuro incierto.

Consideramos, quizá por haberlo conocido, que habría que educar en salud y que la ciudadanía, sin alarmismo social, supiera los síntomas que pudieran detectarlo precozmente. La gran mayoría de expertos coinciden en la importancia de acudir a tiempo, obviamente como cualquier enfermedad.

El cáncer, como el alzhéimer o los problemas cardíacos, deberían de ser prioridad en el sistema sanitario. Insistimos en que hospitales comarcales como el de Antequera deberían de tener esas especialidades al completo. Así, evitaríamos el traslado a Málaga y ayudaríamos a no saturar el provincial. 

Quienes no pueden superarlo, son los que pierden, quienes dejan a su familia, amigos, vida… ¡tanto por vivir! Y quienes tienen una segunda oportunidad se encuentran con secuelas físicas y psicológicas o, por ejemplo, que no pueda tener un seguro de salud o que su firma no valga para pedir un préstamo o avalar una operación financiera.

Quizá habría que respaldar a los, afortunadamente, cada vez más personas que superan su batalla contra el cáncer, pero que ahora les toca superar sus efectos en la falta de solidaridad de quienes los ven como personas vulnerables que pueden recaer y no pueden admitirlos como personas válidas.

Aunque lo más importante es seguir viviendo, lamentablemente para la “vida”, la “sociedad” que hemos creado, están “muertas”, al menos hasta que reciben el alta años después. Personas que tras temer por su vida, de tener que dejarlo todo, ahora se encuentran ante una sociedad donde lo importante son tus números y no tu vida. Pero siempre queda bien ponerse un lazo rosa o un mensaje de apoyo.

 

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