Muchos antequeranos no han tenido vacaciones y otros –capítulo en el que hay que incluir a las amas de casa– han seguido sin poder tenerlas. Entre los primeros, hay que citar a algunos de nuestros ediles, alcalde al frente, a los médicos que permanecieron cumpliendo su casi sagrada labor, a los funcionarios municipales. Aguarda un nuevo curso delicado como pocos, por la situación actual. Y es el caso que antequeranos y resto de españoles, estamos asaeteados por las subidas, los recortes, las amenazas de seguir disminuyendo nuestros haberes y aumentando lo que pagamos.
Estamos hartos de que se nos acribille a diario con noticias preocupantes, porque ya sabemos –y tanto– quiénes dicen que tienen la culpa de lo que nos pasa, pero no atisbamos que se depuren responsabilidades, ya sea en los políticos que fueron en contra de lo que debían y tenían que hacer… en lugar de hacerlo «para ellos» o para «los de siempre, ya sea en los responsables de esas debacles en bancos y cajas, que muchos políticos dejaron en manos de «afines», apartando a los profesionales que los llevaron a situarse entre los mejores del mundo; ya sabemos que nadie quisiera tomar las medidas que se están adoptando, pero el caso es que se adoptan y que todas van contra nuestros ingresos, que no paran de disminuir de una forma o de otras, mientras los gastos se disparan…
Y, puestos a colaborar, que es lo que se no pide hagamos, intentamos hacerlo, pero ya va siendo hora de que veamos, por algún lado, el fruto de tanto «castigo», de tanto recorte, con algo que sea de verdad positivo, ya sea aumentando los puestos de trabajo, ya cesando en esos recortes, ya con noticias, alguna siquiera, que nos levanten un poco el ánimo en medio de tanta negrura.
Nos alegra oír que altos políticos locales, provinciales, regionales y nacionales, están convencidos de que «hay que trabajar juntos», en clara señal de que, al fin, se dieron cuenta de que hay que olvidarse de los intereses propios de grupos y partidos, y acudir, todos a una, a levantar esto, a convenir en que somos nosotros lo que tenemos que hacerlo, sin esperar las «limosnas envenenadas» que nos envíen desde Alemania o desde donde sea. Hay que hacer una «limpieza» entre los casos que se denuncian de falsos parados, de quienes no aceptan los puestos de trabajo que se les ofrecen, de quienes han creado una malla espantosa de economía sumergida, que suponen un freno a empecemos a «respirar» de una forma o de otra.
Pero hay más, porque no es correcto fiarlo todo a lo que nos hagan nuestros políticos. A escala individual todos y cada uno de nosotros, podemos hacer lo mismo, comprando productos españoles, en tiendas españolas, no fiándonos de los precios «tirados» que corresponden a calidades por el estilo; siendo los primeros en comprender que actuando de esa forma podemos luchar contra el paro, lo que hará que aumenten los impuestos en beneficio de la Seguridad Social y del funcionamiento del Estado.