viernes 22 noviembre 2024
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Bajo la mirada de su pincel

Rosario, así era su nombre. La mujer de mirada cercana, sonrisa oculta y belleza enmarcada en un vestido azul envolvente en una juventud que emanaba alegría desbordante en su pecho.Rosario, así era su nombre. Cuando el lápiz reflejaba una mirada ausente, cabizbaja y que en determinados momentos, mostraba una leve sonrisa al que la dibujaba.Rosario, así era su nombre.

Sostenía en los brazos su hijo amado, cantando quizá una nana esperando que el sueño atravesara al rorro sabiendo que no hay mayor felicidad que sentir el latido de su corazón.Rosario, así era su nombre. Cuando con un libro en la mano leía cultivando su alma, una que crecía en el ambiente de su familia y viajaba a confines infinitos.Rosario, así era su nombre. Dormida él quería atrapar su memoria, su esencia, su vida.Rosario, así era su nombre. Sentada con espalda recta y vestida de negro impoluto, miraba de lado a José María apoyando gracilmente su abanico mezclado con un fondo caldera que hierve a incandescente amor.Rosario, así era su nombre. Apoyada sobre la silla y barbilla, quiere decirle que le ama, quiere entregarse a él de por vida y que el tiempo se detenga para siempre.Rosario, así era el nombre de la mujer que posó para el artista José María Fernández Rodríguez.

Era su esposa, su vida.Ya fuera en pastel, óleo o lápiz, formó parte de la vida de un artista que regresa a la capital de España, a Madrid, un lugar en el vivió y que ahora, cien años después, acoge su obra y el enorme legado que nos dejó a los antequeranos. ”El único amor que me ha quedado ha sido el de Antequera, a la que he consagrado los mayores esfuerzos y desvelos de mi vida: en reconocimiento de este cariño, lego todos mis bienes a la ciudad”.Así aparece su testamento. Sus letras, su legado han hecho más grande nuestro patrimonio, porque su intelecto, ese enorme desvelo que él mismo señaló por su tierra, convierten a su figura eterna para siempre.De su obra podemos rescatar cientos de aspectos, pero en vísperas del Día Internacional de la Mujer, hemos recuperar los diferentes retratos que hizo a su esposa Rosario.

A través de su figura refleja la vida de cientos de mujeres, la adolescente, la esposa, la madre, la lectora y ávida de espíritu, la soñadora, la amante, la luchadora.En ella, sin quererlo, nos topamos con la vida de miles de mujeres de la España, de la Antequera de un incipiente siglo XIX que trajo numerosos cambios para el mundo femenino.Hoy, el tiempo ha pasado, pero quizá no todo lo rápido que hubiésemos querido. Muchas cosas se han logrado, pero sigue habiendo una clara desventaja. Mientras se logra, las mujeres y los hombres seguirán reivindicando este día porque la igualdad real aún no se ha logrado. Unimos el Arte de Rodíguez Fernández con la figura de la mujer que él supo retratar y captar en su esposa. Su amor, su desvelo, a la que tanto echó en falta cuando la vida se volvió oscura, triste y desdichada. 

Más información edición digital www.elsoldeantequera.com y de papel.
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