Habría que publicar las adhesiones, fotografías, mensajes, que se han recibido de toda España y de muchos puntos del extranjero –¡hasta de China y por uno de los descubridores del colosal ejército de terracota!— adhiriéndose, apoyando la Candidatura a Patrimonio de la Humanidad del Sitio de Los Dólmenes de Antequera.
Sería la forma de asombrarse del interés que ha despertado esa posibilidad en la que ha trabajado incansable, con moral a prueba de todo, Bartolomé Ruiz, pero sin dejar atrás el entusiasmo puesto por las autoridades locales comprendidas a veces, otras no tanto, manteniendo, con muchas intensidad en algunos casos, en otros con menos, según las posibilidades de cada momento, por los diversos alcaldes que sucedieron al doctor de Rojas, culminando con el Ayuntamiento que preside Manuel Barón.
Sin dejar atrás las personalidades –presidente del Gobierno Mariano Rajoy a la cabeza— que no dudaron en posar haciendo el símbolo de los Dólmenes, en lo que constituye también un apoyo especial, como el de ministros, consejeros, catedráticos y doctores, historiadores, investigadores, actores, toreros, futbolistas, personas anónimas, que sienten… como lo sienten todos esos cargos y profesiones nacidos en nuestra ciudad. La pasada Feria fue una oportunidad única para obtener fotos de antequeranos que se sumaban a esa campaña en las casetas, en el real de la feria, en los toros, en el fútbol, en el balonmano… En una palabra, no exageramos si decimos que toda Antequera se ha sumado al proyecto, haciendo suya aquella vieja iniciativa de mitad de los 80, propuesta al Director de la Unesco, doctor Amadou Mathar M’Bow, precisamente ante Bartolomé Ruiz y el inolvidable doctor Pedro de Rojas, alcalde entonces de Antequera. O sea como Fuenteovejuna, la soberbia obra de Lope de Vega.
Aunque lo deseamos con todo el alma, no sabemos qué decidirá la señora Gowen cuando venga el domingo 20, pero el caso es que más apoyos no puede haber… además de que Dólmenes, Torcal y La Peña, se merecen esa declaración y más, pero todo, puede servir de ejemplo de lo que se consigue cuando se sabe ilusionar a la gente, cuando el motivo vale la pena, y cuando, además, los antequeranos nos decidimos a meter el hombro, todos a una.
Y hay infinidad de casos en que podríamos ayudar de la misma manera, haciendo nuestro algo que es de todos: la limpieza de las calles, tirar papeles y otras cosas al suelo, cuidar los aparcamientos, respetar las señales de tráfico, evitar voces y ruidos a horas intempestivas, ayudar al comercio local, sin ir a buscar fuera lo que tenemos dentro de la misma forma que nos gusta que se acuerden de nosotros cuando necesitan lo que tenemos, hacemos o vendemos…. En una palabra, ser solidarios con Antequera y los antequeranos, como en Fuenteovejuna, pues en definitiva actuando así, antes o después repercutirá en nosotros mismos pues esto es una cadena, alguno de cuyos eslabones nos abarcará alguna vez.
¡Ojalá sigamos el camino que hemos abierto con Los Dólmenes!