El presidente del Gobierno, acuciado por la presión europea, convocó a los presidentes de las Autonomías españolas, para plantear juntos una serie de «recortes» que nadie quiere, pero a los que se ve abocado para reducir el déficit que nos tiene como nos tiene.
Aunque fuera a regañadientes, porque es lógico que cada presidente regional desee hacer cuantas más cosas mejor y para eso necesita mucho dinero, aceptaron todas las autonomías menos dos, Cataluña y Andalucía, si bien los catalanes dieron muestras de comprender que este tipo de medidas no hay remedio que aceptarlas, dieron un poco marcha atrás, confiando quizá en acuerdos parciales que las suavicen. Lamentablemente, nuestro Presidente, contraatacó anunciando que tomaba la decisión de incluso llegar al Tribunal Constitucional, «porque esas medidas obligarían a cerrar muchos centros», entre los que incluía colegios y hospitales.
Consideramos al señor Griñán un hombre serio, formado, que ha dado muestras de su preparación en los muchos cargos que lleva ejerciendo desde que fuera ministro en un anterior Gobierno del PSOE, por eso nos extraña que toque un tema que tiene que ser sagrado como es el de la Sanidad, porque si en la Educación, por ejemplo, suprimen esos miles de «ordenadores» entregados a los alumnos de Primaria, no va a pasar nada, pero la Salud, no, porque como dice el viejo axioma, «con la Salud no se juega». Vale que se cierren por las tardes, en verano, tantos centros sanitarios, confiando en el trabajo extra que realizan esos grandes profesionales que cubren las «urgencias»; vale que haya que pagar una cantidad –que puede ayudar algo a ese afán de equilibrar presupuestos– en las farmacias, por las recetas… Pero cerrar, lo que se dice cerrar, hospitales, es como para pensar en que quien haya sugerido al señor Griñán esa medida –a él no se le puede haber ocurrido algo así…– le ha hecho flaco favor.
Hay muchas cosas que habría que cerrar antes que los Hospitales, porque en los Hospitales, se salvan vidas –¿quién le dice a usted Presidente que uno de los afectados no podría ser alguien de su familia (Dios no lo quiera) que presente un ataque al corazón y se encuentre con el Hospital que le corresponde cerrado?– y eso es intocable.
Y para tratar de ayudarle, le sugerimos «cosas» que podían suprimirse antes: Canal Sur cuya audiencia está por los suelos, que rinde flaco favor a los propósitos que llevaron a su creación, y esas subvenciones a determinadas organizaciones. Y dejamos pasar la oportunidad de tanto «ere», de tanta corrupción como la que tiene a algunos, no todos, porque entre ellos hay mucha gente honrada y honesta, en los tribunales.
En fin, Presidente: que no se abran esas delegaciones provinciales de la vicepresidencia de la Junta que alguno filtra, que se repase la lista de todo lo banal y no juguemos con lo que ni deben pensarse siquiera, porque… con la Salud, no se juega.
