Se trata de una frase que les sonará a nuestros lectores de tiempos pasados, pero que se pone de actualidad: en Madrid, anuncian una procesión «anti-religiosa» para el Jueves Santo, procesión que, por lo que dicen, se solía celebrar «antes de la guerra», y que va a partir del sitio donde estuvo enclavado un convento quemado en vísperas de la lucha fratricida.
Al parecer tiene que autorizarla la Delegada del Gobierno en Madrid y la reacción de los creyentes no se ha hecho esperar: la Asociación «Hazte Oír» está mandando «correos» a toda España, para que se pida a la mencionada Delegada que evite la procesión y los conflictos que podría originar, además de considerarla algo que no tiene nada que ver con la libertad religiosa, sino que es un ataque frontal a una religión legal en España. Y alguno dice que no tendrían «cataplines», por utilizar una expresión muy popular cuya traducción es bien fácil, de hacer algo parecido con otras religiones… pongamos por caso la musulmana. Es más; dan por hecho los que piensan así, que esa hipotética manifestación contra el islamismo hubiera sido prohibida directamente por el Gobierno. Nosotros también lo pensamos, al tiempo que esperamos que se imponga la cordura, que están los tiempos revueltos y la situación actual recuerda mucho una tristemente pasada que desembocó en algo espantoso que jamás debe repetirse, pero cuyos orígenes no paran de reproducirse, en continuas provocaciones que quien debiera cortarlas no lo hace, al menos hasta ahora. Esperamos, fervientemente, que se eviten esos choques, que sabemos cómo podrían empezar, pero no cómo terminarían. Y no están las cosas como para que se ande provocando a un amplio sector que no se mete con nadie, sino que practica sus creencias en manifestaciones antiquísimas, de siglos.
Pensamos por otro lado que, en vísperas de unas Elecciones tan importantes como las de mayo, que pasen estas cosas –sumadas a la situación económica, el paro, la falta de créditos, el encarecimiento de la vida, etcétera– podría influir en muchos votos indecisos o incluso de seguidores del Partido en el poder, muchos de los cuales se confiesan creyentes…
En otro orden de cosas, el señor Zapatero anunciaba que no se presentará a las próximas elecciones, surgiendo dos candidatos (de momento): el señor Rubalcaba y la señora Chacón, ambos ministros del actual Gabinete. Seguramente surjan otros, que no se conocerán o no se decidirán hasta pasadas las Elecciones del 22-M, por decisión del señor Zapatero, pero extraña, cuando menos, que si el vicepresidente primero no ha aportado soluciones a su Jefe en la situación actual, las tuviera «guardadas» para cuando pudiera ser él el presidente… Y por el estilo podría decirse de la señora Chacón. En fin; que se anima el panorama electoral y que, aunque el señor Zapatero pide «tranquilidad» en la cuestión, hasta que pase el 22-M, ya verán ustedes cómo es tema de uso corriente en los días que siguen.
