Primer fin de semana de las fiestas de fin de año, con el “Puente de Diciembre” para los que ya no osan en decir el “Puente de la Inmaculada” y ahora menos el “Puente de la Constitución”.
Para ir por partes, si hoy estuviésemos en 1978, no sabemos cómo iban a consensuar la Carta Magna. Aquí ya no se ponen de acuerdo ni para que gobierne el que más votos obtuvo o el que más fuerza sume. Siempre con el “no” por delante y premiando el interés de los sillones del dinero o decisiones que pueden beneficiarle.
Y, claro, si eso se ve en la clase política (sin palabras para lo visto en la “toma” de posesión de los escaños), qué decir del resto de la sociedad. Todo lo demás, parece normal, dejando atrás los programas de televisión que en vez del famoso informar, formar y entretener, pasan ya a todo lo contrario.
No sabemos si se conseguirá acuerdo antes o después de las uvas, pero España está ya cansada de tantas elecciones y tantos tiras y aflojas. El país necesita una normalidad política para desarrollar el día a día.
En más de una ocasión hemos expuesto que no sería una locura un gobierno entre todas las fuerzas. Que presida el que más votos tenga y el resto que tengan los diferentes ministerios.De esta forma, todos trabajarían por su país, el que les paga desde el primer día, y no estarían en todo momento sacando lo negativo del adversario.
Esta continua situación de crispación hace que el resto de la sociedad siga sus pasos. Nos quedamos con unas frases de la profesora del Instituto Pedro Espinosa, Mati Ariza. “Cuando comencé a trabajar con 24 años la gente tenía inquietud por formarse porque no había la oportunidad de información que hay ahora. Sin embargo, hoy no hay tanta inquietud porque los alumnos piensan que por estar en la era de la información están formados y cada día, una de las cosas que hacemos desde el profesorado es enseñar al alumno a ser capaz de diferenciar eso. Los alumnos piensan que porque sepan manejar con las dos manos el teclado de un móvil y mandar un whatsapp en veinte segundos, saben mucho más que sus padres que lo hacen solo con una mano”.
Creemos que es fiel reflejo de lo que pasa en nuestra sociedad. Buscamos lo último, sin haber experimentado lo que costó llegar hasta ahí.
Por último, la Política también hace girar a los medios de comunicación, como Canal Sur, que obvió a Antequera en su campaña para ser Patrimonio Mundial y ahora sí viene este año. Cuestión de mandos, cuestión de cambios…
Ahora solo falta verles en las ferias, o transmitir en directo la Semana Santa como hace en otras tantas ciudades y capitales de nuestra comunidad autónoma.Y en esa vorágine de campaña navideña, comercial, de luces y demás, como decía el periodista Víctor García Rayo en Twitter: “¿Más espectacular la iluminación navideña de Málaga que la de Sevilla? ¿Más bonita la de Sevilla que la de Málaga? Pues ninguna recuerda al Nacimiento de Jesús. Ninguna.
Y eso es lo que está mal. Sigan discutiendo. Yo me entiendo”.Que cada uno aporte su decoración al árbol, pero que no se olvide la raíz en cada momento de nuestra vida.