Esta vez fue el martes 8 de marzo el día que se queda en los anales de la historia del deporte local. Un equipo de Segunda, el único que había llegado a los cuartos de final de la Copa del Rey de Fútbol Sala. Y va y gana por tercera vez a un equipo de Primera, clasificándose entre los cuatro mejores de España que optarán en una final a cuatro a ser campeón de la Copa del Rey.
Influye obviamente la categoría del club, la inversión en jugadores, la trayectoria del equipo… pero al final, en este caso son cinco contra cinco. El dinero no lo da todo y menos las victorias y los triunfos.
Quienes estuvimos en el Fernando Argüelles (lástima que las federaciones no consigan que se televisen estos partidos y más tras la pandemia sufrida) pudimos compartir una de las noches mágica del pabellón de la ciudad.
El equipo de Tete lo dio todo. Sabía que era complicado, pero lo iban a dar todo. Es más, tuvieron sus primeras ocasiones, las fallaron, pero los visitantes demostraron su superioridad sobre la cancha y sí marcaron dos goles en dos ocasiones. “Como dice Moli, perdimos la poca vergüenza de ser un equipo inferior y le jugamos de tú a tú al rival. Al empatar a dos, vi en los rostros de los jugadores que se podía conseguir y se alcanzó”, nos declaraba el entrenador local.
Pero el Deporte es así y más en el fútbol sala. En segundos puede cambiar todo. Y así se vivió en el segundo tiempo. ¡Qué partidazo! Todos confiaban en sus piernas y en sus corazones y con corazón, fueron remontando una y otra vez hasta que se pusieron con un 5 a 4… pero el futsal es así. Empataron a cinco los navarros a falta de un minuto y llegaba la prórroga. Al día siguiente, Tete, el entrenador nos compartía lo que les dijo en el pequeño descanso. “Corregimos cómo afrontar el portero-jugador y les dije que antes que ellos mataran el partido, lo intentaríamos nosotros y así fue”.
Y vaya que si lo consiguieron. ¡4 a 0 en la prórroga! La magia de Burrito dio paso al espíritu goleador de Cobarro. Lo vivido fue algo de lo que aprender.
Por cierto, que en la grada, el equipo femenino de fútbol. ¡Cuánto ganaríamos todos si fuéramos a una! Si este domingo el Antequerarecibe al Córdoba, todos los equipos al Maulí. Si vienen las panteras a jugar una eliminatoria a Antequera, todos a apoyarlas. Si el Iberoquinoa juaga la Copa del Rey, todos a respaldarles para conseguir llegar a semifinales.
En el Deporte, lo importante no es ganar y hay que sentir a todos los clubes por igual. Lo importante es que la base, la afición, se sientan identificados con los equipos. Y en eso todos debemos de arrimar más el hombro.
El mayor rival de los equipos de una ciudad no son los que están en contra; a veces somos la misma ciudad donde no los respaldamos como deberíamos. Ojalá se lleguen a acuerdos para unificar abonos o descuentos si eres socio o abonado de uno otro club.
Muy bien por los de Tete, pero aplausos también para Pedro Salazar, que llevó a sus jugadoras para aprender y animar a un equipo que, como ellas, defienden los colores y el nombre de su tierra: Antequera.
En el Deporte vale todo… y los valores son fundamentales para que los equipos de la base crezcan y aprendan de ejemplos como el vivido este martes y como seguro los que viviremos en otros deportes ye instalaciones de cada equipo de la ciudad.