En el pie de nuestra página 4, junto a los datos de «El Sol», notará una novedad: cambiamos de año. No queremos hablar de nosotros, pero nos llega una felicitación de un entrañable lector y por eso, tras agradecerla, sacamos a colación el tema: tenemos un año más… Noventa y tres ya, desde que en 1918, un entusiasta grupo de antequeranos, amantes de su tierra y de esta bendita vocación del periodismo, fundara este periódico. Y seguimos resistiendo épocas buenas y épocas malas, bonanzas (¡que pocas, se nos hacen!) y crisis, competencias de todo tipo, pero aquí seguimos. Con sangre nueva que verá, D.m., el Centenario soñado.
Con más ganas que nunca de servir a nuestra tierra y a sus gentes. Tratando de seguir aquellos ideales que llevaron a su fundación; soportando críticas y agradeciendo elogios, sin buscar, claro, ni una cosa, ni la otra. Y dispuestos a reclamar para Antequera –aunque pocos nos hagan caso–el sitio que se merece; y exaltando sus bellezas; y deseando épocas de vacas gordas para su comercio e industria; y soñando con la recuperación de esa entidad cultural que la hizo ser llamada «La Atenas Andaluza»; y felices y agradecidos a nuestra lista de ilustres colaboradores que, por su capacidad, por su valía, por su generosidad, ponen la nota de brillo cultural que tanto anhelamos; y recuperando datos e historias de una tierra que tanto sabe de eso, por su antigüedad…
Pero por encima de todo, agradecidos a nuestros lectores, que son nuestra meta directa; a nuestros anunciantes y favorecedores, a las personas y entidades que nos perdonan nuestra insistencia, a veces rozando la indiscreción, por conseguir una noticia, una foto, un reportaje… Y nos sigue doliendo más que nadie no hablar de cosas y situaciones lo bien que quisiéramos, porque todo lo que queremos para Antequera y los antequeranos es lo mejor… Pero ya se sabe que nunca llueve al gusto de todos, como nosotros antes que nadie, quisiéramos.
Y como en 1918, seguimos anhelando que Antequera crezca, que se conozca más y mejor en toda España, en todo el mundo; que no se tengan que ir los antequeranos a buscar su sustento, sino que se queden aquí ayudando a engrandecer a su tierra… ¿Cómo? Con un comercio floreciente que una sus fuerzas, para conseguir, de verdad, despegar, como lo están haciendo los establecimientos hosteleros; con una potenciación del Polígono Industrial, que dé vida y genere riqueza a la ciudad; con el crecimiento de una Agricultura racional que, como ya en algunos sectores, no sólo produce espléndidos frutos, sino que consigue que el valor añadido de su producción, quede aquí y no vaya a enriquecer a otros; logrando que los antequeranos seamos los primeros en consumir lo que producen vecinos, amigos, paisanos… En fin, con el ideal de que nuestros políticos se dediquen a unir fuerzas, tan necesarias en estos momentos, y que unos y otros no se crean dueños de la verdad absoluta, sino que se escuchen unos a otros y busquen lo mejor para la ciudad…