La situación de España en materia económica y desde el punto de vista de la Europa de la que dependemos, porque es la que nos prestó el dinero y a quien hay que pedirle más para «tirar para adelante», no habrá que decir que es crítica. Ya sabemos que todo parte de un espantoso sistema de Economía del anterior Gobierno –que en manera alguna pudo querer una cosa así y que se habrá visto sorprendido por cuatro –muchos más, claro– granujas que o hicieron pésimamente las cosas o se lucraron del dinero de todos. Lo ideal sería que fueran denunciados, devolvieran lo que se lucraron indebidamente y luego tuvieran su castigo, no sólo por lo que han hecho de España sino por el daño hecho a sus grupos, unos aquí, otros allá. Pero sentado esto, de nada vale quejarse. Hay que actuar y dejarse de todo lo demás.
Es el momento de tomar medidas, como las duplicidades en materias que deben ser iguales para todos los españoles, como la Educación y la Sanidad, cortando de raíz que una plaza escolar en colegios públicos valga mil euros más que la de los colegios concertados, lo que debe tener alguna explicación que nadie corta y que si multiplicamos por el número de alumnos nos revelará el montante que estamos gastando de más. Y tendiendo a eliminar la brutal diferencia que hay entre alumnos españoles y de otros países europeos que nos superan «lo que no está escrito», dicen que «por culpa de la LOGSE» cuyos resultados están a la vista.
Hay que evitar lo que denuncian en muchos hospitales: vienen turistas a operarse «gratis» y luego se van; o vienen acogidos de África norte y subsahariana, les recetan «por humanidad» cosas que luego se llevan a sus países y las venden a precios desorbitados. Esto que entraría dentro de lo humanitario vale en tiempos de bonanza, pero si no hay dinero… lo sentimos. Habrá que llegar a acuerdos con sus gobiernos de procedencia y cortar esa sangría, de manera que se atiendan casos de vida o muerte, pero los demás… corran a cargo de quienes, en el fondo, se benefician de nuestra ruina.
Hay que usar el poder político, para cerrar embajadas catalanas, cuando por allá están cerrando consultas y quirófanos, mientras tales embajadas que quieren difundir la idea de los nacionalistas cuestan millones… que no tenemos, ni tienen.
Hay que dejar se sufragar cosas como los cambios de sexo, la píldora post coital, las inseminaciones desquiciadas y otras lindezas como la colocación de «dius», que podrían caber en tiempo de abundancia, pero en los que corren, entendemos que es más urgente una operación de corazón, operar un riñón, colocar prótesis en las caderas que un cambio de sexo… y todo lo demás.
Hay que olvidarse de «ayudas y subvenciones» a colectivos incongruentes, o para hacer «cosas raras» en muchos países, o ayudar a «ongs» cuyas actuaciones no parecen muy claras y centrarse en las diáfanas.
Y tampoco estaría de más que el señor Rajoy explicara estas cosas con claridad a los españoles partiendo de las causas de todo y evitando las diferencias de criterio incluso entre sus propios ministros…