Estamos sembrando lo que será la España del futuro, la de nuestros hijos y nietos. Si nuestra generación creció en un ambiente de creación de la Democracia, con sus valores, derechos y obligaciones, ¿en qué país están creciendo los que son el futuro? La jura de la Constitución Española por la princesa Leonor marca la que será Reina de España. Con ella se forjan las personas que harán de este país un futuro mejor.
Pero se nos presentan muchas dudas. Los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, entienden la actual realidad de dos formas diferentes. Ya se expuso en el poema “Las dos linternas”:
“Y es que en el mundo traidor
nada hay verdad ni mentira:
todo es según el color
del cristal con que se mira”.
Y hoy sigue todo igual, como ha solido pasar en gran parte de nuestra historia. Pero entre esas batallas de la defensa de España y la pretendida amnistía, la sociedad, el pueblo, vive en otros problemas.
No hay niños. Crecen en una nueva estructura social. Tienen de todo. Ya no son a los 18, sino los 30 o incluso los 40, la edad de salir de la casa de los padres. No les interesan los problemas de la política actual. Hoy se vive para el ocio. No se fomenta el talento de los investigadores, de los trabajadores, de las viviendas, del trabajo, de la unidad.
Hoy, por citar un ejemplo local, se pueden tener dos estaciones AVE, pero no hay una red de cercanías con el interior ni con la capital. Seguimos poniéndonos un traje de etiqueta, sin antes ponerse en forma, asearse y saber a lo que vas.
Entre tanto, un día puede una princesa jurar la Constitución, y al otro, permitirse que se perdonen actos como los que pasaron en Cataluña. Las siglas están por encima de los intereses de los ciudadanos. Parece que de nuevo estamos en el absolutismo de “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”.
Si el PP y el PSOE representan a los dos partidos mayoritarios y el sentir general del país, ¿no tendrían que ponerse de acuerdo? ¿Es una barbaridad que un partido ceda sus votos para que gobierne el otro, ya sea por ser el más votado o por no tener que pedir el voto a otros partidos minoritarios?
¿Se imaginan si en el anterior intento de Feijóo o el actual de Sánchez, PSOE o PP, PP o PSOE, le hubieran dado los votos que le faltaban a cambio de un gobierno sin necesidad de apoyos de unos ni de otros? Pero eso es otro cantar.
Aún estamos a tiempo de recuperar la confianza en la estructura política, pero no con confrontación ni sentido común. El español bastantes problemas tiene ya por llegar a final de mes o afrontar los problemas que la vida les presenta.
No nos representan. Las urnas hablaron, busquen la solución pensando en el territorio y no en sus intereses partidistas. Esta semana la noticia tendría que haber sido que una mujer se prepara para ser Reina de España. Y no lo que parece que va a ser una nueva batalla entre dos bandos, los de las dos Españas, que siguen separados sin haber aprendido de la historia.
En algún colegio, dentro de alguna asociación, en una casa, en una residencia, en un pueblo, en una capital, en cualquier lugar, viven esas personas que corregirán los errores del hoy para buscar un mejor mañana. Esto ya está siendo insostenible. De nuevo nos viene lo de… “Mi voto es no, ¿de qué se trata?”. Así no se crece en Democracia ni en respeto.
