Este jueves por la noche, participamos en la visita nocturna a la Villa Romana de la Estación. Ya la conocíamos de día, pero al verla a esta hora, nos cautivó mucho más aún. Tenía los extras de contar como anfitrión a Manuel Romero, el arqueólogo municipal que trabajó 1998 y ahora con su puesta en valor. También de ser de noche, y pese a la hora y el lugar, agradable paseo en una de las noches más calurosas de lo que va de verano.
Lo que no entendemos es que desde final del pasado año, se espera su apertura. El motivo: lo que pasa cada vez más y peor en España. Depende que se pongan de acuerdo el Gobierno de España, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Antequera.
Del Gobierno depende porque se ha invertido un millón de euros del 2 por ciento cultural. De la Junta porque protege el entorno como Bien de Interés Cultural. Y del Ayuntamiento porque es de su municipio y será quien lo atienda y es el que espera la llamada de Madrid.
No es de recibo que esa maravilla esté cerrada aún. Es de esperar que toda administración, con el respaldo de los colectivos de Turismo de la Costa del Sol y las asociaciones locales, insten para que se haga caso. Desde el Ayuntamiento, en la presentación de Luz de Luna, expusieron que siguen esperando que el Gobierno de España dé el visto bueno.
Políticamente, aquí el PSOE local tiene otra oportunidad de política constructiva y llamar a Madrid para que hagan el caso que, como institución, deberían de haber hecho ya al Ayuntamiento. Las diferencias entre el PSOE y PP, no tendrían que pagarlas los antequeranos.
Quizá si se preparara esa inauguración, si las autoridades de Madrid y Sevilla vienen en tren a la nueva estación de Antequera, se darían cuenta del desaprovechamiento de esta estación. No se puede tener peor servicio con trenes que se averían un día, sí, el otro también, y con tan poca frecuencia. Pero eso es otro tema.
Pero hablábamos de la Villa Romana. ¿Se imaginan que la capital tuviera una villa que se comparase a la de Mérida o a Pompeya? Políticos, medios de comunicación, colectivos y ciudadanos ya se habrían movilizado en ponerla en funcionamiento.
Tenemos una villa que tiene una cronología del siglo I hasta el V d.C. Una de las pocas villas de carácter suburbano que se han documentado en la Península Ibérica. Es decir, es tan extensa que no tenía cabida dentro de la urbe y, al mismo tiempo, sus propietarios querían estar próximos al foro (centro social y económico) del municipio de Antikaria.
La gran riqueza que muestran los mosaicos y el repertorio escultórico que adornaba sus amplias zonas ajardinadas nos inducen a pensar que este esplendor tendría su origen en la producción y comercio del aceite. Además de lujosas habitaciones, la villa contaba también con una fuente monumental próxima a unos baños privados con sauna y diferentes estancias calefactadas.
No hay excusa para que siga cerrada. De momento, 4.000 personas la han visitado ya en las diferentes visitas privadas que se están desarrollando hasta que un día, las administraciones se pongan de acuerdo para venir, hacerse la foto, darse un abrazo y dejar al gestión total del recinto al Ayuntamiento.
Ese día, ganaremos todos y la clase política estará al servicio de la ciudadanía y de la riqueza que generaciones atrás nos han legado, como se trata de esta villa romana.
