Generalizar parece que se ha convertido en el principal instrumento de muchos a la hora de buscar causas o justificaciones a cada uno de sus actos.
Nos hemos acostumbrado a decir “los políticos”, “los periodistas”, “los expertos”, “los ciudadanos”… Todos mirados con la misma tabla rasa de nuestros propios escrúpulos y razonamiento.
Y lo cierto es que de este inexcrutable juicio no nos salvamos nadie, ni el que lo emite ni el que lo recibe. En la misma saca nos hemos metido todos como chinches en busca de saciar su sed de sangre fresca. Lástima, que hayamos perdido el juicio en pro de unirnos a una colectividad y no de buscar el entendimiento correcto y diverso.
Estos días estamos escuchando que gracias al comportamiento que hemos tenido en Navidad, las cifras van aumentando de forma bastante importante. No nos extraña y entendemos, que nosotros, como seres humanos, buscamos la relación entre nuestros iguales, pero no podemos generalizar.
Se han hecho cosas bien y se han hecho cosas mal, pero no nos empeñemos en buscar culpables y que precisamente, esos, sean siempre los mismos: los ciudadanos que nos estamos dejando la piel para mantener cifras en nuestras familias a cero, dar de comer a nuestros hijos y mantener nuestras empresas.
¡Qué fácil es echar las culpas y volver a generalizar, como siempre!
Perdonen si somos duros, pero el ser humano tiene un límite y cuando estamos haciendo día tras día lo que nos piden y encima acometen contra nosotros, pues uno termina explotando.
Y vemos que esto va a pasar en toda la sociedad. Hay personas que siguen constantemente las reglas, que no se salen de la norma ni un ápice, pero luego se solicita el confinamiento sin pensar que quizá esa personas está al límite de sus posibilidades cuando lo ha hecho todo de forma correcta.
La curva se debe bajar, está claro y estamos de acuerdo que hay que tomar medidas, pero éstas deben venir acompañadas de otras, otras que permitan a las familias vivir, o mejor dijo, sobrevivir.
¿Saben que deben seguir comiendo, viviendo, pagando impuestos? ¿De dónde van a sacar comunidades y estado el dinero suficiente para hacer un confinamiento? Nosotros, no lo sabemos.
Todas estas dudas se amontonan en los titulares de la Prensa esta semana, cuando se parece ser que lo peor está por llegar.
No sabemos cómo poder solucionarlo, ojalá tuviéramos una varita mágica para poder darle una solución, pero por favor, dejen de echarse la culpa de los contagios porque al final, la única responsabilidad es la de este virus que ha venido para quedarse.
Todos seguimos mirando por el bien colectivo, pero no manchen más nuestra vida, que ya bastante complicada es.
Mientras todo esto se encauza, recuerden mantener distancias, evitar aglomeraciones, lávense las manos, usen mascarilla de forma correcta, cumplan con las líneas establecidas y no pierdan la cabeza, esa que todavía mantenemos sobre nuestros hombres, sin saber cómo.
